martes, 29 de septiembre de 2020

MI VIDA ES SÓLO MÍA PERO EL FUTURO DEPENDE DE NOSOTROS


El 18 de septiembre, en el DOGA nº 190, se publicaba una modificación en las medidas de prevención necesarias para hacer frente a la crisis sanitaria ocasionada por el COVID-19. Esta modificación viene dada por el necesario seguimiento de la evolución de la pandemia y la posterior adaptación a las cambiantes situaciones con las que nos vamos encontrando. Hasta aquí todo correcto, la pandemia evoluciona y nosotros con ella. El problema viene, a mi modo de ver, cuando queremos avanzar demasiado rápido en aspectos en los que no es estrictamente necesario y más cuando no hemos solucionado  antes  otras cuestiones prioritarias. 

La modificación a la que hacíamos referencia trata sobre la actividad deportiva federada de competencia autonómica, la cual puede realizarse de manera individual o colectiva, de acuerdo a los protocolos de cada federación deportiva. En ella se dice que, siempre que sea posible, deberá mantenerse la distancia de seguridad interpersonal. En cuanto al uso de la mascarilla, se aplicará lo recogido específicamente en el protocolo de la federación correspondiente. Sabéis por entradas anteriores que por razones familiares en mi casa se respira baloncesto por todos los rincones. El baloncesto, como tantos otros, es un deporte colectivo de contacto y de oposición y, en la modificación que nos ocupa, se recoge que: "en todo caso, en dicho protocolo deberá preverse que cuando la actividad deportiva suponga contacto físico entre las personas que la practican deberá utilizarse la mascarilla..." Dicha modificación se refiere a los entrenamientos y, el problema para mí, viene cuando la referencia afecta también a las competiciones.

Cuando antes decía que queremos avanzar demasiado rápido en esta, digamos desescalada, lo hacía pensando en todos aquellos chavales que todavía no han retomado la rutina de su actividad y, sin embargo, ya estamos pensando en competir. Competir no es prioritario, entrenar sí. Javier Gómez Noya renunció no hace mucho al Mundial de Triatlón de Hamburgo porque se lo habían sacado de la manga de la noche a la mañana, en una distancia que no correspondía y cuando era más que evidente que no todos iban a llegar en las mismas condiciones de disputar la carrera por razones ajenas a lo estrictamente deportivo. Pero no todos son Javier Gómez Noya ni tienen su valentía o sus galones (por algo le llaman Capitán, por ser referencia y persona con criterio), obtenidos con los años en la batalla deportiva, ganándose el derecho a expresar su opinión y a que esta sea tenida en cuenta. Pero se trata de deportistas profesionales y el show debe continuar, hay demasiados intereses económicos en juego. Yo creo que se confunden porque, el objetivo económico o del tipo que sea, el único objetivo posible en estos momentos, es parar los contagios para que la vida y la competición sean lo más parecidos posible a los que teníamos antes.

La modificación habla de toda actividad deportiva federada. Yo lo dejaría, de momento, en actividad física. Retomar la actividad física es lo primero e igual de primordial es hacerlo de manera segura por lo que, si hay que restringir en algo, que sea en el contacto. Por ello, la actividad física competitiva ha de esperar. La actividad física competitiva es la cúspide de la actividad y para llegar a ella hay que superar un proceso en el que no es aconsejable acortar los tiempos de aprendizaje. En ella se buscan los límites de la capacidad física y de las habilidades motrices, y no se pueden poner mascarillas a los límites.

La competición no es la razón de ser de las federaciones, sino que lo son su deporte y sus deportistas, velando por sus intereses y, por ende, por los de la propia federación. No hay federaciones si no existen deportistas a los que representar. El deporte puede vivir, de hecho lo hace, sin la competición, pero no al revés (miradme a mí. Ya no compito pero hago más deporte que nunca) Si no se entrena no se puede competir, si no se entrena no se adquieren hábitos ni conocimientos sobre el juego. Tenemos que intentar que la actividad diaria, donde los deportistas sacian su sed deportiva y de relación social, continúe en las mejores condiciones posibles para que ningún deportista abandone la práctica. Ahí sí que podemos exigirles un esfuerzo "similar" al de la competición con las restricciones necesarias de distancia y de compartir material, con las puertas del pabellón abiertas para ventilar, ejercitándose en espacios reducidos o box de trabajo que diría un entrenador amigo mío. Un esfuerzo individual, por muy colectivo que sea el deporte, que haga que el chaval mejore y se haga conocedor de sus capacidades y limitaciones para luego ponerlas, en el momento que la situación lo permita, al servicio del colectivo. 

Los chavales necesitan, en estos momentos, el deporte, no la competición. Necesitan abstraerse por unas horas, dos o tres días a la semana, de la pandemia, para poder sobrellevar el día a día que les va exigir mucho más que antes. Los entrenamientos se me antojan fundamentales y, es en ellos, donde más podemos acercarnos al modelo de competición, no en la competición en sí. No necesitan "chupar" banquillo sin poder dar rienda suelta a sus habilidades porque su capacidad física, coartada por una mascarilla, no se lo permita. 

El protocolo sanitario nace por exigencias de la situación. Los de las Federaciones y de los clubs por la obligación de dar una respuesta a las necesidades reales de sus deportistas. Pero la responsabilidad final recae en los de siempre cuando de categorías inferiores se trata, en los padres, que hemos de firmar una declaración de responsabilidad si queremos que la actividad, necesaria actividad, salga adelante. Y en última instancia en los chavales, en los deportistas, sin los cuales nada es posible y son la razón de que estemos aquí. Por eso el título de la entrada de hoy, "Mi vida es sólo mía pero el futuro depende de nosotros". Compartamos, sabedores de lo excepcional de la situación, la responsabilidad de sacar esto adelante, porque todos vamos en el mismo barco y la travesía va a ser larga. Aprovechando la referencia marinera, he oído decir al Capitán Gómez Noya que uno nunca se cansa de ganar, se cansa de perder. Llevamos ya más de seis meses perdidos agachando la cabeza. 

Voy a terminar citando nuevamente a Himar Ojeda, director deportivo del Alba Berlín donde Aíto García Reneses es el entrenador: "ganar es el objetivo final que todos tenemos, pero lo más importante es el compromiso que adquirimos todos para ganar. El compromiso de Aíto es ganar jugando bien, y que los jugadores se desarrollen y se diviertan, que aprendan y que los aficionados lo valoren, y eso es una filosofía fantástica" 

¿Qué, nos comprometemos ya?



lunes, 21 de septiembre de 2020

AGUSTÍN AGRA: CARÁCTER, PACIENCIA, SOIDADE... "SILENCIO"

Estabamos no cole o outro día medindo as clases e a distancia entre pupitres para adaptalas ao protocolo COVID e falando dos teléfonos fixos; que xa non se usan, que só chaman as persoas máis próximas como os pais ou os avós; que antes, se chamaban de noite, sabías que era algo importante... Agora, cos móbiles e as novas tecnoloxías, chaman a calquera hora do día ou da noite. Máis ben mándanse mensaxes e non paras de recibir notificacións de aplicacións e demais. No confinamento, isto acentuouse tanto coas mensaxes de actividades dos rapaces que tiven que silenciar o teléfono, co cal, se chamaban de noite por algo importante, non me ía decatar. Ao final, un medio de estar comunicado fai que non o esteas. O caso é que ese mesmo día pola noite, en realidade xa era o día seguinte, cando estaba a piques de meterme na cama, soa o teléfono e cando miro si que era importante. O anuncio da presentación do libro de Agustín, "Silencio"

Nestes tempos de novas tecnoloxías, o que antes se chamaban cualificativos agora son etiquetas. Porén, a min, persoalmente, non me gustan porque non se poden resumir nunha soa palabra aspectos que necesitan ser descritos máis amplamente para comprender a dimensión persoal e profesional dunha persoa. 

Se teño que explicar quen é Agustín para min, coido que o mellor xeito de empezar, porque o describe á perfección, é cunha anécdota que me aconteceu hai pouco tomando un café nunha terraza. Pasou Agustín paseando con présa de camiño ás súas tarefas pero, coma sempre, tivo ese momentiño de parar a preguntar que tal ía todo. Cando se afastou retomando o seu camiño, a propietaria do establecemento dirixiuse a min e díxome: "este rapaz é tan Boa Persoa...". E ten razón. Quizais sexa o trazo máis significativo que o poida describir. Eu creo que lle veu de serie porque todo o demais aprendeuno co tempo.

Unha das cousas que aprendeu cedo e que o guiaron na súa vida máis tarde foi ser deportista, corredor de fondo, o cal leva aparellado, en palabras de Clemente Alonso (triatleta de elite e médico): "os fondistas, en xeral, temos un Carácter especial, ou carácter a secas... ter carácter, determinación, agarrarse á posibilidade de seguir o teu camiño aínda que sexa pouco transitado, é unha forma sutil de liberdade, aquela na que non necesitamos seguir a corrente xeral ao ter un criterio propio, un xeito de actuar persoal e todas esas ferramentas que o deporte nos deu, todas esas ferramentas que traballamos...".


Fonte: Xaiño Méndez

Outra característica dos fondistas é a Paciencia que se necesita nos esforzos de longos alentos para esperar ao momento axeitado de botar as pernas a correr a full, ou de debullar unha idea ata o final sabendo que vas na dirección correcta. Ou pola contra, gardar forzas na carreira para darlle unha nova volta á idea orixinal, porque non nos convence o suficiente o posible resultado que poidamos acadar.

A Soidade. A mal chamada soidade do corredor de fondo porque nunca vas só, sempre vas contigo mesmo e co contorno. Son momentos de introspección nos que chegas a coñecerte mellor, dos que saen ideas e temos tempo para pensar nelas, para logo plasmalas no papel ao chegar á casa coa mente fresca polo satisfactorio e liberador esforzo. "Levo case 40 anos adestrando. Competín e compito. Saio a correr tres días á semana e vou ás carreiras populares. Iso si, só por divertirme e pasalo ben".

Agustín cun novo Javier Gómez Noya. Triatlón de Pontevedra 2004

Coido que o deporte lle deu as ferramentas necesarias, esas das que falaba Clemente, semellantes ás que se necesitan para ser escritor. Se a iso lle engades a súa paixón pola bioloxía, eses trotes polo monte San Lois, polo Iroite, pola Perouta ou esas andainas cando os xemelgos se queixan demasiado, dan como resultado esa temática da natureza que tan ben sabe trasladar aos seus libros. Dalle tempo, e non pensedes que vai amodo, a ver máis aló. Onde eu só vexo un camiño precioso para botar a correr, el é quen de ver máis aló e facérnolo ver aos demais a través da literatura.

Non hai moito, lía un artigo en La Voz de Galicia, na sección Orgullo Barbazano que leva por título: "Un profesor de biología en el universo de las letras" . A min gústame dicir, con moita honra, que me sinto orgulloso de contar: "¿sabes? Eu corría con ese que escribe."

Para rematar, que saibades que como corredor de fondo, como bo corredor de fondo (que de algo haberá que presumir) esta entrada xestouse nun trote de hora e media na preciosa soidade e o silencio dos camiños da Perouta, no que dar renda solta ás pernas e á imaxinación, que das palabras xa se encarga Agustín.