"Ni negro del todo, ni del todo blanco. Entre los extremos siempre hay más espacio" canta Fito. Pues bien, de extremos vamos a hablar hoy con el ejemplo de dos entrenadores de basket que han hablado de manera, totalmente antagonista, sobre jugadores jóvenes a su cargo. Polos opuestos en el modo de ver, de sentir, de comprender, a dos chavales muy jóvenes producto de la cantera.
En la liga ACB, todo equipo de 12 jugadores ha de tener al menos 4 cupos. Cupos son Jugadores de Formación Local, jugadores que se han formado en España vinculados a algún club afiliado a la FEB, y que hayan acumulado en él al menos tres años entre el segundo año infantil (13 años) y el segundo senior (19 años). Esos tres años no tienen por qué ser seguidos, pero han de pasar al menos 6 meses en el equipo por temporada para ser considerados así. Cuando cumplen 20 años ya no tienen posibilidad de conseguir la condición de jugador de formación local.
Jugadores de formación local son jugadores que proceden de la cantera y que se han ganado pronto, el derecho, con su trabajo y talento, a jugar en el coto de caza de los mayores, donde van a necesitar más experiencia de la que ya tienen para no ser presa fácil de los veteranos más curtidos. ¿Y cómo se adquiere la experiencia? He aquí la ironía: se adquiere con oportunidades, con comprensión y con confianza; la que le falta a Porfi Fisac, entrenador de Casademont Zaragoza cuando habla de Lucas Langarita. Y la que le sobra a Diego Ocampo, entrenador de Baxi Manresa cuando hace lo propio de Mario Saint-Supery, cedido eso sí por Unicaja Málaga.
Lo sé, lo sé, y hasta cierto punto puedo llegar a comprenderlo, pero me cuesta, y a veces, como hoy, no sé cómo hacerlo. Hablamos de baloncesto de ganar, pero la diferencia está en ganar contando con..., o ganar a pesar de...
Diego Ocampo dice esto en Solobasket: "Mario Saint-Supery es un gran proyecto de jugador, pero hay que ir día a día con él. Debe vivir con la normalidad de un chico de 18 años, estudiando para tener buena formación y que le ayude para ser mejor jugador... hay fases de él en los partidos que son muy buenas, otras no tan buenas, pero eso es el proceso. Creo que los proyectos no tienen sentido si no se basan en las personas y en el trabajo diario, en eso es donde Mario tiene que estar centrado. Y lo hace muy bien... Diego Ocampo se ha mostrado muy ilusionado por ser partícipe del crecimiento de una de las grandes promesas del baloncesto español: para mí es muy motivante trabajar con un proyecto como el de Mario. Te ayuda a estar motivado sobre todo para mejorar. No podemos hablar a los jugadores de que mejoren, si el entrenador no está mejorando todo el día para enseñar mejor a los jugadores... yo tengo un lema y es que trato de molestar poco y no estropearlo..."
En Zaragoza, por el contrario, parece que el que molesta es Lucas Langarita. No debe ser motivante trabajar con él, y como no gana partidos, mejor que los vaya a perder a otro sitio. Porfi Fisac habla así en Solobasket: "el técnico del cuadro aragonés se ha sincerado con la situación del canterano y ha sido contundente con él: he hablado muchísimo de esto y he sido muy claro. Lucas tiene que jugar y aquí lo tiene jodido. Es un buen jugador, pero no va a llegar a nada si no juega minutos. Y yo aquí no estoy para regalar minutos a nadie, estoy aquí para ganar partidos... la solución que ha propuesto Porfi Fisac para Lucas Langarita es una cesión para que se sienta importante y tenga minutos: ¿Qué debería de haber hecho? Como han hecho otros, salir y jugar minutos. Nadie me cree y me siento solo"
Jordi Fernández es el primer entrenador español de la historia en ser "Head Coach" de una franquicia NBA, los Nets de Brooklyn. Antes de eso, le habían dado la oportunidad de aprender y demostrar su valía como asistente en varios equipos. Mike Malone, entrenador de Denver Nuggets habla así en Gigantes de Jordi Fernández: "de mi padre aprendí que, como entrenador, puedes conocer todas las claves del juego… Pero si no tienes una relación con tus jugadores, nada de eso importa. Creo que es algo que me llamó la atención con Jordi. Sí, entrenábamos, enseñábamos. Pero él hizo un esfuerzo por tener una relación con nuestros jugadores fuera de la cancha, como hombres, como personas, y creo que eso ayuda mucho. Eso te lleva a un mejor punto"
Estoy convencido que todos los entrenadores, todos, quieren lo mejor para los jugadores que entrenan. No serían buenos entrenadores de no ser así pero, lo que sí pueden, es ser mejores y entender que gestionan personas, jóvenes en este caso, que quizá por esa juventud no entiendan aquello de: "este no me vale, que pase el siguiente". Yo mismo sigo sin entenderlo. Ser sincero es fundamental pero no tiene por que doler. La sinceridad es decir lo que uno piensa pero pensándolo todo siempre. El cómo importa, y mucho.
Aquella Dolores que se llamaba Lola a la que Los Suaves cantan: "se fueron los buenos tiempos, la juventud ya se escapó. Las vueltas que da la vida, el destino se burla de ti..." nos sirve de algún modo para mostrar la situación de muchos jugadores fantásticos cuya juventud escapa en un instante, el mismo instante en que pasan a jugar en el patio de los mayores. Un baño de realidad que es real tan sólo a medias, pues si ayer eran muy buenos, no pueden no serlo hoy. Es el momento de seguir trabajando, siempre es el momento de seguir trabajando: "del trabajo sale la recompensa y creo que si trabajas honestamente te llegará esa recompensa". Santi Aldama (Memphis Grizzlies).
Hace un rato he terminado de ver, otra vez, "Camino a la gloria", película que narra el campeonato universitario de baloncesto conseguido por la Universidad de Texas Western en 1966 con jugadores negros. Cuentan en la película que por aquel entonces los jugadores negros servían para cubrir el cupo al que obligaba la liga. Ponías a uno si jugabas en casa, a dos si lo hacías fuera y a tres si ibas perdiendo. No más. Quiero pensar que, tanto Lucas como Mario, han llegado a la élite por lo que valen como jugadores y no por su condición de jugadores de formación local, aunque en el Breogán, ser cupo, sea una de las razones esgrimidas para hacerse con el fichaje de Lucas Langarita. Quién sabe, quizá esa misma condición le permita brillar en Lugo.
Bueno, la reflexión de hoy viene por dos artículos que leo hace unos días y a su contexto me remito. Tan sólo es una opinión basada en ellos. Yo tengo claro que tipo de entrenador me gustaría ser, así como tengo claro también que no a todo el mundo le iba a gustar.