martes, 24 de octubre de 2023

¡TRAICIÓN!

No entiendo la vida sin el deporte, amo el deporte. Lo quiero, lo necesito, con urgencia a veces, con pasión siempre, no me da miedo, al contrario, me hace sentir absolutamente libre, valiente... me hace ser yo. Y más allá de todos y cada uno de los evidentes beneficios que la práctica de actividad física conlleva, con los años y las experiencias vividas, independientemente de la edad, estoy convencido que DISFRUTAR es casi lo único importante. Al igual que una joven Marion Cotillard en "Un buen año", tras un casto beso susurra al oído de un imberbe Russell Crowe, "mis labios siempre encuentran placer en los lugares más insospechados", todos deberíamos encontrar ese reducto deportivo que nos haga disfrutar sobremanera y abrazarlo fuerte.


Fuente: RTVE

Sí, ya sé que la felicidad no está en querer tener aquello que crees necesitar, sino en conservar aquello que crees que no necesitas simplemente porque ya lo tienes, porque ese es el primer paso para perderla: "me di cuenta tarde que te perdí por pensar que te tenía" canta Fito en "Donde todo empieza". El deporte para mí es felicidad absoluta y lo necesito cada día, y cada día lucho por conservarlo aún a sabiendas de que ya lo tengo, no vaya ser que se me caiga de los bolsillos y lo pierda por el camino.

Cuando algo te gusta mucho, el mucho siempre te sabe a poco. Ese es un efecto que el deporte tiene, pones el alma en lo que haces y te dejas llevar; entrenas, trabajas, mejoras... y un día (suertudos seremos si solo es uno) el alma se te cae a los pies por la acción de aquellos que no entienden el deporte de la manera correcta, te decepcionan, no te dan razones del por qué y, si te las dan, no son del todo válidas, se hace muy difícil seguir adelante pero te sobrepones y lo haces. No acierto a entender ese "deporte" con el que algunos dicen disfrutar porque es evidente la falta de respeto y aprecio por el deporte mismo y sus protagonistas: rivales, árbitros, público... Mierda de deportes colectivos donde los jugadores necesitan de los árbitros y estos últimos de los primeros y parecen no entenderlo, donde los jugadores necesitan de los rivales para poder disputar y disfrutar los encuentros, donde los entrenadores han de ser el ejemplo y salvaguarda de sus jugadores, donde primero aceptan las normas para que les dejen jugar y luego las interpretan a su manera rompiéndolas, mintiendo y echándose unas risas sabiendo que lo hacen... ¿qué carajo está pasando cuando, amigos que juegan en equipos distintos se enfrentan y los ganadores ningunean a los perdedores cuando ni los unos ni los otros, en mi opinión, están para ganar o perder sino tan solo para jugar? Quizás el golf sea el mejor juego del mundo... 

Se quejaba Carlo Ancelotti el otro día del arbitraje. Empleaba la ironía para ello hablando de la labor del árbitro en estos términos: "ha hecho un buen partido, acertado en todo, de nivel...", diciendo lo que quería decir sin decirlo de verdad porque si "digo lo que pienso me caen muchos partidos". En esta era del Big Data de las narices, donde no paran de recogerse miles y miles de datos que en ocasiones nadie se para a contrastar y mucho menos mostrar, los veteranos de la vieja escuela nos movemos más por sensaciones, y lo que dice el ojo pesa más que lo que dicen una montaña de datos. A mí no me engañan porque de momento veo bien y, al contrario que Ancelotti, no creo que pase nada por decir lo que quiero decir diciéndolo de verdad: es más fácil arbitrar a un equipo senior compuesto de jugadores junior de 16, 17 y 18 años, que a un equipo de gente veterana que levanta la voz si las cosas van mal dadas. 

Joe Dumars, formidable escolta de aquellos Detroit Pistons campeones de la NBA en el 88 y el 89, actualmente Vicepresidente Ejecutivo de Operaciones de la NBA, hablaba así sobre el Load Management, el manejo de las cargas de trabajo y el descanso que algunos equipos dan a sus estrellas en partidos de la liga regular: "tenemos que volver a una cultura de respeto y aprecio a todos los partidos. Obviamente, no va a jugar todo el mundo los 82 partidos, pero todo el mundo debería querer jugar los 82 partidos. Y esa es la cultura que estamos intentando recuperar"

"Si me ves así" canta Fito, es que "nada funcionaba y me dejaba llevar, siempre que el demonio me obligaba a rezar, algo que suena y se arrastra, debo llevar colgando la ilusión" pero, "nada acaba, todo vuelve a empezar" y, al final, la vida y el deporte ponen a cada uno en su lugar. Los buenos siempre ganan, no los buenos jugadores/árbitros, sino los buenos de corazón que viven la vida y el deporte haciendo lo correcto, los que son la misma persona antes, durante y después de los partidos. Para esos, habrá siempre un sitio en mi banquillo donde recuperar la ilusión cuando el alma se nos caiga a los pies. Para los otros, traidores de su deporte que han jurado defender, les deseamos una vuelta a esa cultura de respeto y aprecio, prometiendo volver más fuertes la próxima vez porque no van a quitarnos las ganas de disfrutar todos los partidos que nos queden por jugar.


domingo, 8 de octubre de 2023

QUÉ TE METES DON QUIJOTE PA FLIPAR CON LOS MOLINOS

"Vivir es un regalo y un presente" canta Andrés Calamaro en "Para no olvidar". Preciosa la versión que se marca con Manolo García y Vicente Amigo a la guitarra. Para no olvidar, me recordaba Jorge el otro día en la visita que el CB OUTES hizo al cole: "oye, ¿te acuerdas los partidos que echábamos en la pista de arriba cuando...?" No vamos a decir hace cuánto fue ese cuando pero, a pesar de ser mucho, no me lo pareció porque el recuerdo sigue muy vivo y, ese recuerdo unido a otros que vinieron más tarde, han hecho que nos haya faltado tiempo para embarcarnos en una aventura ilusionante, el equipo senior de tercera división del Baloncesto Outes.

El equipo comenzó a gestarse por la ilusión de unos cuantos chavales. La ilusión, como ya sabéis, siempre va antes que la mejor actitud del mundo, es el germen de todo, y no importa en lo que creas sino la intensidad con que lo hagas. ¡Vaya sí han creído! Y con una fuerza tal, que a ver quién es el menda que les dice que no. Cuando hablo de chavales, lo hago de 16,17, 18 años. Lejos quedan los 18, pero el reto de participar de la aventura ha sido muy sencillo de aceptar, porque lo que nos une y acorta las distancias en cuanto a edad son, como dice Nadal: "la pasión, el amor por el juego y el espíritu de lucha todos los días y en cada entrenamiento". Si a todo ello, le sumas esa ilusión tan grande, intacta todavía en personas tan jóvenes a las que les pirra el deporte, y latente en nosotros... ha sido tan fácil decir, ¡adelante!, cuando otros, como si de una locura se tratase (que lo es en cierta medida), nos han dicho aquello de: "¿qué te metes Don Quijote pa flipar con los molinos?" que canta Fito, jejeje. Pero las ganas de volar "bajo" el aro (algunos no hemos volado nunca por encima) han hecho que se nos pusieran "los ojos como el coyote cuando ve al correcaminos" y no hemos podido decir que no.

Sabemos que nunca más vamos a ser lo que fuimos, solo aspiramos a estar presentes porque somos quienes somos ahora. Antes de una final con el Madrid, una de esas 22 que Pablo Laso ganó para contarlo después, Andrés "Chapu" Nocioni, arengó a sus compañeros diciéndoles que: "el pasado no va a jugar hoy. Una final es más de carácter que de baloncesto". Lo que no dijo, fue que el pasado es lo que los había llevado hasta allí, por eso es importante, y dicen que uno nunca se olvida de andar en bicicleta... excepto Pato, que últimamente no para de caerse, jejeje. Tú lo que quieres es cambiar la bici y no sabes cómo hacerlo. A carácter, por otra parte, va a ser difícil que alguien nos gane, aunque de todos modos no estamos aquí para ganar, sino para construir, y la materia prima es buena Jorge, "cuidar de las estrellas puede ser un buen castigo".

Una vez le pregunté a un joven amigo qué tal le había ido en una competición y él me contestó que había jugado de banquillo izquierdo. Darío, intentaré disfrutar a la izquierda del banquillo preparado para saltar a la cancha y ayudar al equipo en lo que necesite. Me gustaría ser un ejemplo por actitud, intensidad, compromiso y constancia, y a poco que me dejen, esconderme en la esquina izquierda de la cancha cuando el base gane línea de fondo, catch and shot, con el 33 a la espalda y alguna entrará. Y si se falla (que poco me gusta esta palabra en el deporte) balance defensivo por el carril del medio, que en línea recta aún corremos bastante. Intenté poner una cláusula en el contrato por la cual jugarme, mínimo, 20 tiros por partido, pero tras verme entrenar creo que no ha colado. Mi pasado NBA, como dijo Nocioni, no va a jugar hoy. Estoy pasando de eso que dice tu padre de libertad cuando tienes el balón a pantalón, camiseta, pantalón largo... parecemos una tienda de ropa colega, y yo me apunté para jugar a baloncesto. No sé, los 18 de ahora no son como los de antes, soy más de cuernos y ACDC.

No hay metas más allá de los retos diarios, mejorar cada día, divertirse y marchar con ganas de más. Ya estamos ganando en aquello que realmente hay que ganar... porque los buenos siempre ganan.

Bibliografía:

Fitología Aplicada a las Ciencias Sociales: "Un buen castigo"