miércoles, 16 de noviembre de 2022

UNA HISTORIA DE ESPAÑA MÁS ( XCIII )

Una historia de España. Así comienza una serie de artículos, hasta 92, que Arturo Pérez Reverte publicó durante cuatro años en su sección, Patente de Corso, del suplemento XL Semanal. De hecho, se ha publicado un libro que recoge la serie entera. En ella, repasa la historia de España desde los orígenes hasta la Transición contando la verdad de lo ocurrido a su manera, es decir, diciendo lo que piensa pero pensándolo todo siempre. Y al contrario que Groucho Marx con aquel: "estos son mis principios, y si no le gustan, tengo otros" yo creo que Pérez Reverte es más de: "estos son mis principios, y no, no tengo otros" Coherencia, coherencia siempre con argumentos, o con fundamento, que diría Arguiñano. Quiero pensar que también con una pizca de flexibilidad si los argumentos del que tiene enfrente son convincentes, porque el diálogo debería ser un principio inquebrantable presente en el repertorio de principios de todos y cada uno de nosotros. 

Me gusta Pérez Reverte. Me gustan sus libros, su manera de escribir y que, pese a quién le pese, llame a las cosas por su nombre porque crea que eso es lo correcto, aunque políticamente no lo sea tanto. En eso se parece mucho a un triatleta o multideportista, reconvertido a periodista, que no deja indiferente a nadie en sus retransmisiones en Eurosport sobre ciclismo, atletismo, triatlón, biatlón... y cuya pasión queda patente en las apreciaciones que hace, la mayoría de las veces, en mi opinión, correctas. Antonio Alix escribía una columna en la desaparecida revista Finisher Triatlón que llevaba por título: "Con pelos en las piernas, sin pelos en la lengua" Cristalino. 

Tanto uno como otro, demostrado queda, son hombres de acción. No son de aquellos que van por el mundo sin enterarse de nada; tampoco son de los que se enteran pero no hacen nada, sino que son de los que se enteran, por experiencia personal e investigación en la materia, y toman cartas en el asunto. Yo quiero ser de estos últimos pero no me dejan, más bien no me dejo yo mismo por las consecuencias que puedan afectar a terceras personas. Sin embargo, no creo que nada pase por dar una opinión fundamentada, correcta y aportando soluciones, implicándose de alguna manera en el cambio que creo se necesita porque, si yo cambio, todo cambia, o al menos, intentarlo con la perspectiva que los que tienen la capacidad de actuar puedan tener del problema.

Debate no es lo mismo que diálogo. En el debate hay dos posturas enfrentadas donde cada una de las partes intenta imponer a la otra su manera de ver las cosas. Hay que ganar e imponerse porque mi manera es mejor que la tuya. En el diálogo sin embargo, hay un objetivo común al que se puede llegar de diferentes formas y se ponen sobre la mesa las distintas opciones, sus ventajas e inconvenientes, diseñando un plan de acción que aúne lo mejor de ambos caminos buscando el éxito.

El título de la entrada de hoy, por el que espero no me acusen de plagio sino de querer rendir un pequeñito homenaje al buen hacer de Pérez Reverte, me viene perfecto porque no es la primera vez que tocamos el tema, tampoco la número 93, pero seguro que no ha de ser la última. De hecho, últimamente nos da en casa más de un quebradero de cabeza.

Este sábado leía en el diario As un artículo sobre un integrante del cuerpo técnico del equipo de fútbol Fundación Málaga CF que disputa la Liga Genuine Santander. Esta liga, donde este chico presta sus servicios de manera desinteresada, es para jugadores con algún tipo de discapacidad. No me gusta el significado que se le da a la palabra en estos casos porque se refiere a que no cobra por sus servicios, como si el fin de todo fuera monetario. José Ángel Romero tiene muy claro cuál es la recompensa, las muestras de cariño de los jugadores con los que comparte su pasión por el fútbol y por el Málaga: "si me pagaran por esto no lo haría. Estas cosas tiene que salir del corazón"

Después de leer el artículo cambié mi estado del whatsapp: "el fútbol de la Liga Genuine Santander tiene sus propios valores. El principal, la solidaridad... hay chavales con menos discapacidad que juegan mejor. Nuestra tarea es intentar que ayuden a los que no pueden llegar a un pase o hacer gol, es en lo que más hincapié hacemos... esto se trata de seguir sumando siempre, y es lo que yo trato de hacer" Además de escribir esto, lanzaba una pregunta: ¿por qué no hacemos esto mismo en el deporte, digamos, "normal"? Es curioso que los que menos tienen o, los que más dificultades presentan, sean en ocasiones los que nos muestren el camino a seguir, aquella senda que posibilita que todos tengan la opción de cumplir sus sueños. David Casinos es un atleta paralímpico lanzador de peso y disco que dice que "todos los días sale el sol y si no lo hace ya me encargo yo de que salga" David Casinos es ciego, pero vaya si lo tiene claro. Mi hijo viene de "jugar" en un "equipo" de baloncesto donde solo jugaban 6 a los cuales se les permitía errar, y los demás jugadores estaban para que esos 6 pudiesen entrenar durante la semana y jugar el finde porque necesitas al menos 8 fichas. Y cuidadín con fallar eh, que al fondo del banquillo siempre hay sitio. Sí, es mi hijo y claro, quiero que juegue me dijo el entrenador cuando le pedí que tratara a todos de la misma manera para que crecieran como deportistas y como personas válidas y seguras de sí mismas, sacando el máximo partido del talento y habilidad de cada uno de ellos, aprovechando la actitud, corazón y voluntad que traían de serie porque amaban su deporte como nadie. Como dice Denzel Washington en una escena de "Titanes, hicieron historia": "tratándolos así los mutilas" 

En las jornadas de puertas abiertas para la cantera de un club que milita en Liga Endesa, me encontraba con esta coletilla final:


Bueno, puedo llegar a entenderlo porque se trata de baloncesto, pero me cuesta, muuucho!. Venga, que tontos no somos y sabemos lo que queréis decir. Tenemos un problema de altura que mutila a todos aquellos que no se sientan lo suficientemente "especiales". Y tenéis un problema de altura porque os estaréis perdiendo a muchos chavales que sin ser, "altos", sean especiales en fundamentos, actitud y pasión por el juego. Si es jornada de puertas abiertas, ¡abrirlas de par en par ca----!, y ya luego veremos. Estos últimos días se están disputando las famosas ventanas Fiba para la clasificación del próximo Mundial de baloncesto. Sergio Scariolo, entrenador de la selección, ha llamado a Ferrán Bassas con su escaso 1.80. Scariolo ha demostrado altura de miras conocedor del potencial de Bassas. ¿Y si la escasa altura de Bassas es la fortaleza y el carácter diferenciador que lo hace gran jugador?

Víctor Wembanyama es lo que en la NBA, donde será el número 1 del próximo draft seguro, llaman el gran unicornio, aquel jugador que todos los equipos quieren tener en sus filas. Algunos incluso están dispuestos, aunque no lo digan, a perder partidos para tener una mejor opción de elección en el draft. 2,21 y 2,31 de envergadura, 18 añitos, un junco de lo flaco que está; pero los juncos son flexibles, fuertes y resistentes, dominio excepcional de los fundamentos, del juego en todas sus vertientes... un crack. ¿Recordáis aquello de "Si quieres, puedes" de hace un par de entradas? Con Wembanyama tenemos una nueva versión, "si quieres, y te dejan, puedes" Ha demostrado en la cancha que puede, que quiere, y se ha ido por elección propia a un equipo más modesto donde le van a dejar seguir creciendo como jugador y exigirle lo justo y necesario para un chico de su edad y talento. Cuando comprenden las necesidades individuales dentro de un colectivo, se alimentan la ilusión y las ganas de devolver el esfuerzo que hacen por ti. No va a jugar competición europea, solo un partido por semana con pocos desplazamientos, lo que implica más días de entrenamiento que es lo que necesita. Ha dado un paso atrás para calzarse las botas de siete leguas y crecer firme como jugador. Va a hacer mejores a sus compañeros porque sabe que los necesita para crecer él también. Es una simbiosis perfecta porque todos ganan, Ubuntu! Y todo el mundo alaba su decisión entendiéndola como correcta aunque, a la hora de la verdad donde priman otros intereses, seguro que pocos estarían dispuestos a tomarla por él o de común acuerdo con él. En España tenemos el ejemplo de Juan Núñez que cumplidos los 18 años se ha ido a Alemania, ha dejado el Real Madrid donde no era seguro que fuera a tener minutos (menos con el fichaje del Chacho, las especulaciones de la vuelta de Campazzo y la recuperación de Alocén) y se ha enrolado tres años en un club donde le garantizan seguir evolucionando. Chapeau! chaval, la madurez no se demuestra solo en la cancha de juego, también en la cancha de la vida.

Víctor Wembanyama

Desgraciadamente, en la historia reciente de España o, en la que a mí, como padre de jugador de baloncesto me ha tocado vivir, lo importante es ganar el próximo domingo. Es una pena que en el deporte "normal", en el que muchos trabajan "desinteresadamente", los logros se midan por los partidos ganados en lugar de jugadores formados de los cuales el próximo entrenador que los prepare diga: "que maravilla de trabajo han hecho con este chico" La recompensa debería estar, como dice José Ángel Romero, en "las constantes muestras de cariño de los jugadores"  Pero no hay número capaz de medir el cariño. El cariño se siente, se palpa en el ambiente, en la complicidad de los entrenamientos, en preocuparse por los demás, en ser un equipo. Ubuntu!

Luka Doncic. Otro crack de la cantera del Madrid. Sale hasta en la sopa con jugadas impresionantes todos los días, todas las semanas... aburre ya de lo bueno que es. Pero tío, es que juegas tú solo. Casi 40 minutos de media en lo que va de temporada. Te lo juegas todo y más, algo tiene que salir de eso para salir en las mejores jugadas de la jornada una y otra vez. A Doncic lo entrena otro crack, uno de los mejores bases de la historia, Jason Kidd, integrante de la selección USA en los Juegos de Pekín donde ganaron el oro ante España en una final alucinante. Estados Unidos venía de perder en los juegos de Atenas 2004 contra Argentina y en los Mundiales del 2006 contra Grecia, a la que barrió España en la final en Japón. Humillante que le comieran las papas otros equipos en teoría inferiores. Esa fue la clave, los americanos entendieron que los otros eran un equipo y ellos tan solo una banda donde cada uno desafinaba, entendieron que tenían que cambiar y arremangarse, dejar el ego a un lado y ayudar allí donde el compañero no llegaba. Y ganaron. Jason, tienes un documental en Netflix, "El Equipo Redentor" en el que admites que cuando fuisteis todos a una los planes salieron bien. No has aprendido nada en 15 años tío, rodea a Luka de un equipo donde él sea la punta de la lanza que todos empujan en la misma dirección.

Luka Doncic y Jason Kidd

Bueno, no todo va a ser malo. De hecho, incluso de las malas experiencias, acabas sacando cosas positivas por lo que no es malo del todo. En la corta carrera deportiva de mi hijo, corta por lo que lleva no por lo que espero le quede todavía si es que le dejan, ha tenido la suerte de tropezarse con grandes entrenadores que le han mostrado el deporte como debe ser. Uno de ellos es Dan Petts que viene de un país, Inglaterra, con poca solera en esto del basket si nos atenemos a los resultados del fin de semana. Sin embargo, él ha entendido perfectamente cuál es el modo correcto de transmitir su pasión a los chavales y lo hace de maravilla, los chavales lo siguen y aceptan su modo de entrenar porque es el correcto. Y como a todos nos gusta que nos digan también lo bueno, así se lo transmitía un día que fui a visitar al hospital a Luis Forés, otro gran coach que sufrió un accidente de tráfico del cual se recupera bien. Como no podía ser de otro modo, después de un poco de charla hospitalaria y de algún bombón, Dan, Forés y yo sacamos la vena deportiva que es donde nos sentimos cómodos y, después de arreglar un poco el mundo, les dije que mi hijo había tenido la suerte de disfrutar de dos grandes entrenadores como ellos, por conocimientos y metodología humana. De hecho, a la pregunta de Dan de sí Matías seguía en el equipo, le contesté que no, que habían hecho las cosas muy mal y que el único modo de seguir era si al pasar a junior él iba a ser su entrenador. No puedo entender que en los equipos grandes, donde se supone hay materia prima de calidad y entrenadores versados en la tarea, no se hagan las cosas correctamente. Los patrocinadores deberían exigir más por sus aportaciones que el mero hecho de salir en la camiseta, y comprobar que los valores y objetivos por los cuales se unen al nombre de un determinado club, se cumplen más allá de los resultados deportivos. 
 
Os voy a poner dos ejemplos, chicas, de grandes entrenadoras sin ellas saberlo porque no se dedican al deporte, pero que atesoran todas las características que para mí tiene que reunir un buen entrenador. Gloria regenta una zapatería en Santiago, esquina de Doutor Teixeiro con Plaza de Galicia. Con nosotros tiene buena relación de hace tiempo y nada más entrar te saluda afectuosamente, nos ponemos un poco al día y luego ya viene el que necesitas, que estás buscando, tengo esto que no se ajusta pero te puede ir bien... no te sientes obligado a nada, no sientes la presión del tener que comprar que transmiten en otros lados, estás cómodo y disfrutas de la experiencia de comprarte unos zapatos. Si estás un rato en la zapatería y entran clientes, ves como la atención que les presta es exactamente la misma que contigo a pesar de que la relación entre nosotros sea diferente. Gloria sabe que a Matías le tira el basket y siempre nos pregunta cómo le va, y es que su hijo es entrenador de baloncesto en Inglaterra en el Leicester Riders desde hace unos cuantos años. Estoy seguro que parte de lo buen entrenador que sea es influencia de su madre porque, sin saberlo, el ejemplo de gestión humana lo tuvo en casa. Los conocimientos sobre la materia ya fueron solo cometido suyo y, por lo que veo, supo aprovecharlo, Go Riders!!!

Segundo ejemplo. Cuando pasamos por el Corte Inglés de Santiago nos gusta comprar en EDC y en Esprit. Pero no decimos vamos a EDC, decimos: ¿pasamos por donde Marta? Con Marta no hay fallo nunca, sabe lo que quieres incluso antes de tú saberlo porque te conoce, sabe que estilo prefieres, te invita a probar cosas que en principio no te pondrías, esa talla no te va, esto te va con esto otro, para salir eso y para informal esto, te saca la tienda entera si hace falta y, al igual que Gloria, sin compromiso de ningún tipo, tan solo el de que te marches satisfecho y convencido. Yo incluso voy solo de compras, no tengo más que decirle: Marta, ¿qué tienes para Ana que le pueda gustar? Eso se llama confianza. Una entrenadora del copón, vamos.

Dicen que se compite como se entrena pero, ¿cómo competir con ilusión si entrenas sin ella? Os dejo una canción de BB King, How blue can you get? porque me gusta mucho BB King, me gusta el Blues, y blue en inglés es, además de azul, triste. Y así andamos de momento; un poco tristes, perdidos, faltos de ilusión pero buscando siempre el norte, que brujulear no se nos da mal en casa. 


Scariolo, tengo un junco en casa de 1,80 escaso con unas ganas tremendas de que le dejen demostrar el corazón enorme que le late dentro. En las próximas ventanas pásate por Noia, que la fortaleza de carácter, si se cultiva bien, es lo que hace especiales a los grandes jugadores.

Invito a café en el Manducka si alguien sabe quién era apodado el Junco de Bérriz. Pista: no es jugador de baloncesto.


sábado, 5 de noviembre de 2022

PRINCIPIO DE INCERTIDUMBRE CUANDO SALES A RODAR EN BICICLETA

"Fantasmas" lleva por título una canción de Fito y Fitipaldis que comienza con: "no dejaba de escribir sin saber lo que escribía, cada noche que lo intento se me vuelve a hacer de día" Para nada pretendo ser un fantasma con esto de las letras en ese sentido que se le da a la palabra cuando uno se cree demasiado bueno en algo, porque tengo claro que no lo soy, pero también tengo claro que no hace falta ser demasiado bueno para simplemente hacer lo que te gusta, sino nunca llegarás a poder serlo. Dice Kilian Jornet que "no hay una razón para correr. Si te gusta, hazlo" La madurez se consigue con la experiencia, y la maestría o el dominio de una disciplina, con la práctica. Y cuanto más practicas más te diviertes haciéndolo, si bien no hasta el punto de hacérseme de día, pero sí hasta el momento en que la comida espera y se oye un explícito: "¡¡la comida está en la mesa!!" Ahí es cuando te das cuenta que, o lo dejas ya, o se te puede hacer de noche, jejeje. 


Como podéis ver sigo tirando de la experiencia personal y, huyendo de lo que dice Fito en su canción, intento apoyarme en lo que creo conocer cuando escribo para tratar de ser creíble. Aclaraciones hechas, vamos allá con una de experiencias y con otra de tirar por tierra buena parte de aquello que me enseñaron hace ya muchos años en mis estudios de Inef. En mi defensa he de decir que, parafraseando a Marion Cotillard en "Un buen año" cuando le susurra al oído a un joven Russell Crowe: "mis labios siempre encuentran placer en los lugares más insospechados", mis piernas y mi cabeza siempre encuentran placer encima de la bicicleta. Unas veces más que otras, pero felices, siempre. La felicidad no está en querer tener aquello que crees necesitar, sino en luchar por conservar y disfrutar de todo aquello que crees que no necesitas simplemente porque ya lo tienes. Los placeres de las pequeñas cosas del día a día te cargan las pilas acometer otro tipo de actividades menos reconfortantes.  

Pincha en la imagen para ver el trailer

Los principios del entrenamiento varían en función de la persona que los enumere, pero hay unos cuantos en los que todos estamos de acuerdo y en función a eso trabajamos: sobrecarga, progresión, especificidad, continuidad, supercompensación... 

Hay una anécdota que cuenta Toni Nadal que le sucedió con un padre en la academia de tenis en la que trabajaba. El padre de un alumno le dice, un pelín enfadado: "¿qué le enseñas a mi hijo que no aprende nada? Ante esto, Toni Nadal le contesta: "entre lo que yo le enseño a tu hijo y lo que él aprende hay una gran diferencia" dando a entender la falta de actitud y poco interés mostrado en la tarea. Bien, en mi caso y en lo que al deporte se refiere, creo que la actitud y el interés son los correctos, y la teoría de los principios del entrenamiento me la sé, pero los aplico a mi manera. 

Domingo de principios de verano. Salgo a desayunar con mi mujer, damos un paseo y hacemos unas compras. Hecho esto me pregunta qué quiero hacer y le contesto que no sé -que mal mentimos ¿verdad- como si tuviera ciertas dudas cuando ella sabe de sobra, porque me conoce bien, en lo que estoy pensando con el buen día que hace. Así que hasta el momento, de incertidumbre, nada. Yo por mentiroso, y ella, por la certeza de que estoy... mintiendo.

Agarro la bicicleta y me dispongo a disfrutar de un agradable rodaje de domingo para completar la semana y asimilar el entrenamiento de los días precedentes. Me gustaría dejar claro que yo no entreno, ya no, solo salgo a hacer deporte, a montar en bicicleta. Nada estructurado, vamos. Algún calentón de vez en cuando, más cuando que solo alguna vez, la verdad. Bueno, el caso es que a mi edad necesito calentar bien y luego ya... me caliento, jejeje. Con esto tenemos cumplido el principio de la Especificidad, porque al final uno no se puede contener y acaba siempre a full; unas veces en el llano, otras picando un pelín hacia arriba tirando de plato, otras con unas aceleraciones... Nos acabamos de cargar el principio de la Progresión a costa de abusar del de Sobrecarga, y además, cumplimos con el de la Variedad, que dicen que ahí es donde está el gusto. Buff! el de la Supercompensación cada vez es más difícil de alcanzar porque, al menos en mi caso y sabiéndome la teoría, sigo sin tener la paciencia necesaria para darle el tiempo necesario al cuerpo para poder recuperar, y tampoco recuperamos igual de bien que unoooosss cuantos años atrás, para que nos vamos a engañar. De "Tapering", técnica que consiste en reducir las cargas en los días previos a una competición importante para optimizar el rendimiento, vamos muy mal. Pero como ya no competimos tampoco importa, así que machacamos el cuerpo siempre y cuando este nos lo permita, porque aquello del "si quieres, puedes" no es para nada como te lo habían contado. Eso es para los más buenos de los buenos porque, si no puedes, por mucho que quieras, la llevas clara. Tenemos tres tipos de personas: las que dicen que quieren pero que no pueden... suena a excusa de las malas. Las que pueden pero, lamentablemente, la mayor parte de las veces no quieren. Y luego, tenemos a las que quieren de verdad, que parece que no pueden, pero que a fuerza de intentarlo y de ir haciendo camino con criterio y responsabilidad acaban conociendo sus límites. Y vosotros, ¿qué tipo de persona queréis ser?
Hay un dicho mejicano que podría perfectamente aplicarse en este caso: "si no está de tocarte, ni aunque te pongas delante. Y si está de tocarte, ni aunque te quites" Aquellos que habéis sido bendecidos con el don del talento y la habilidad en la tarea que sea, aprovechadlo bien, pero no olvidéis que los mayores talentos son la voluntad, la actitud y la motivación con la que se encaran los retos porque multiplican... uy! creo que esto era de otra entrada.

Venga, vamos con el principio que nos ocupa hoy, que no es un principio como tal pero lo vamos añadir. Cosecha propia. La Incertidumbre. Yo lo aplico así cuando las condiciones son óptimas. La Incertidumbre comienza, como no podía ser de otra manera, sin tu esperarlo, te pilla por sorpresa y ahí tienes que ser valiente y decidir deprisa.
Os decía que salí el domingo a hacer un rodaje fácil. Cielo despejado, solecito, calorcito sin apretar demasiado, nada de viento, día perfecto. Pero de repente, la luz baja. Ostras!!! Miras al cielo sin dejar de mirar la carretera y una nube un pelín negra te da que pensar -primer síntoma de incertidumbre-. Vale, cambiamos recorrido y buscamos el claro, allí donde las nubes no se acercan al suelo y probablemente no llueva. Los que montamos en bici tenemos un sexto sentido para la lluvia, pero no como los zahorís que buscan el agua, nosotros escapamos de ella, o al menos lo intentamos. Pero la nube, que está allá en lo alto y tiene un ángulo más amplio de visión te ha visto, llama a los refuerzos y comienzan a perseguirte. Las primeras gotas no tardan en caer y, lo que se preveía un día de rodaje fácil se transforma en una sesión de series o cambios de ritmo buscando el siguiente claro o, en caso de que las piernas digan basta y no pare de llover, la siguiente marquesina donde recuperar. Por lo tanto, no sabes si el fartlek o la serie va por tiempo o por distancia, decides sobre la marcha. Claro que siempre puedes mojarte y ya está, pero no es tan divertido.


Otro modo de manifestarse la incertidumbre y fastidiarte el día de rodaje son los perros. La incertidumbre, en este caso, varía en función del tamaño del perro, lo en forma que esté para perseguirte y, en última instancia, el miedo que tengas tú para enfrentarte a él. Hay una serie de aldeas por las que procuro no pasar cuando pedaleo en soledad; Aldarís, Lesende a veces, la subida por Runs hacia Iroite, la última vez por Vilachán fue terrible. Cuando pasas cerca de granjas y te salen varios perros, que más que perros son no sé, caballos ladradores, no hay umbral anaeróbico que valga ni potenciómetro que se precie capaz de medir la sensación de alivio que sientes cuando por fin se dan por vencidos. Es como ese método de entrenamiento de la fuerza de una repetición máxima pero trasladado a la bicicleta, fullgas a tope. Lo reconozco, soy un acojonado con los perros amenazantes de gran tamaño. Dicen que huelen el miedo, y debe ser así porque paso un mal rato de verdad. Sin embargo, cuando voy acompañado por José Ramón, Toxo o Pepe, mi nivel de miedo baja exponencialmente en relación a la actitud mostrada por los perros. Cabeza baja, meten el rabo entre las piernas y tiran para casita pensando: "cuidadín, que hoy viene con refuerzos y llevamos las de perder. Ya te pillaremos otro día"

Una tercera manera de trabajar la incertidumbre, y esto no lo he vivido en persona pero me lo han contado, es lo que Iván Raña llama "emboscadas". Si con la lluvia sabes que te mojas, y con los perros que muerden o pueden tirarte, con el Sargento Raña nunca sabes que puede pasar a pesar de que sabes, seguro, que algo tiene preparado. Es la mayor incertidumbre que puede haber. No sabes cuándo ni dónde, no sabes cómo, pero sabes por qué. Montar en bici tiene que ser divertido. 


Ya para terminar, en Inef me enseñaron bien y trato de aplicarlo con las actualizaciones pertinentes que la ciencia y la experiencia me aportan. Con los demás, siempre. Conmigo mismo, reconozco que con los años me he vuelto más anárquico, y como el reloj ya no me marca los ritmos, sino solamente la hora de volver a casa, lo principal, y esto sí que siempre ha sido así tanto con los demás como conmigo, es volver sano habiendo disfrutado y con ganas de más, que mañana es otro día.

De la incertidumbre que nos provocan los coches a los que montamos en bicicleta hablaremos otro día. Ese es un tema demasiado serio comparado con el tono desenfadado de la entrada de hoy.