martes, 24 de octubre de 2017

¿POR QUÉ NO GANA IVÁN RAÑA EL IRONMAN DE HAWAI?


Instagram Iván Raña
        Menuda pregunta. Quizás el título de la entrada pueda llevarnos a algún tipo de equívoco, nada más lejos de mi intención. Es por ello que intentaré explicar a través de estas líneas el porqué de la misma. Voy a intentar responderla siempre desde mi punto de vista y tened en cuenta que no es más que una opinión basada en conversaciones con amigos, mi experiencia personal y declaraciones de Iván Raña en diferentes medios. Veréis que al final todo está relacionado con la transmisión de valores y maneras de entender la vida y el deporte que comparto plenamente.

        Este fin de semana se celebró, como cada octubre, el Ironman de Hawai. Es el ironman por excelencia y está considerado como el Campeonato del Mundo de la distancia (3.8 km. nadando, 180km. en bici y 42.195 m. a pie). Ganar aquí es el sueño de muchos y la realidad de sólo unos pocos elegidos. Iván volvía a la isla una vez más, su 5ª participación desde su debut en 2013.

        Iván Raña es uno de esos deportistas especiales a los que sólo se les puede querer. Es una persona que desde el primer momento te transmite sensación de cercanía y enseguida te das cuenta que cree en lo que hace y disfruta con ello. Luego hablas con amigos y te cuentan anécdotas que hacen que refuerces esa idea de especial que tenías. Yo tuve la oportunidad de conocerlo hace tiempo y ese momento lo compartía en este blog 5 años atrás. Corría el año 1997 cuando, tras terminar los estudios de Inef, comencé a trabajar como monitor de natación y socorrista en la piscina de Santa Isabel:

         "Cuando coincido con Pancho, a veces, recordamos anécdotas de esa etapa de nuestras vidas. Por aquella época nos enganchamos al triatlón. Yo siempre fui atleta y los resultados dicen que no se me daba mal. El caso es que antes de acabar los estudios de Inef tuve una lesión importante, la cual se complicó porque a los que nos gusta mucho el deporte tenemos el defecto de que no sabemos estar parados. Pasó el tiempo y como lo de correr estaba complicado, probé con Pancho y Guillermo a nadar y montar en bicicleta. Aprovechábamos de 1 a 4, horas de cierre de la instalación, para "machacarnos". Había días, la verdad que eran casi todos, en que se acercaba un chaval para realizar sus entrenamientos y nosotros compartíamos esos momentos con él. Debía tener 17 años cuando lo conocí porque tiempo después sacó el permiso de conducir. Recuerdo un día en que después de entrenar, entre una coña y otra, empezamos a hablar de aspiraciones. Este chaval, siempre me acordaré de su expresión de convencimiento, dijo con determinación que él iba a ser campeón del mundo de Triatlón. Nosotros, vergüenza debería darnos, nos echamos unas risas. Ese chaval se llama Iván Raña".

        Creo que este párrafo ilustra perfectamente como de especial y cercano es Iván, aunque vamos a ir un poco más allá. Yo lo sigo desde entonces y reconozco que es uno de los deportistas a los que más admiro. Por eso cada carrera me mantiene en vilo esperando cualquier cosa. La trayectoria deportiva es alargada y repleta de grandes resultados. Resultados que en Hawai no acaban de llegar, al menos no en la dimensión que todos esperamos de él, porque competir a base de bien lo hace en cada edición. Es por ello que me hago la pregunta de por qué no gana Iván Raña en Hawai. Vamos a intentar responder. Yo lo tengo claro...creo.

        En más de una ocasión he citado a Iván para ilustrar diferentes situaciones. Una de ellas en una entrada que llevaba por título "Aquellos trotes de fin de semana", dice que: "la mejor salida en bici es aquella en la que no hay prisa por volver a casa" . Pongamos por ejemplo que fuéramos vecinos de portal. Salgo a hacer un par de horas de bicicleta y coincido con Iván que viene de cumplir con su entrenamiento de tres horas de bici suave. Si me pregunta que voy a hacer y le digo que un par de horas suaves, estoy convencido que casi sin pensárselo me diría: "venga, te acompaño". Le encanta entrenar. Probablemente no tendría que hacerlo pero echa sus cuentas rapidamente y decide que no le viene mal y adelante con ello. En ese momento lo necesita y ya está.

        La gran mayoría de los grandes atletas se motivan con la victoria. Entrenan para ganar y hacen las rutinas que le van bien o compiten en las carreras programadas para llegar en forma al gran objetivo de la temporada. El fin último, y casi el único, es la victoria. Estoy convencido que hay momentos y entrenamientos que odian pero que saben que necesitan porque les dan ese punto necesario para estar a tope (yo odiaba los miércoles porque tocaban series largas y era un sufrimiento que no llegaba a doler pero casi. Me ponían fino y uno que es cumplidor, cumplía). Iván es un tío que busca ganar pero haciendo que lo que le gusta, le guste siempre. Es imposible mantenerse tantos años en la élite sólo haciendo lo que te gusta. La única manera, y coincido con él, es que tienes que hacer que lo te gusta, te guste un día sí y otro también. Y si para ello hay que cambiar las rutinas, pues se cambian: "sé que esto me va bien o quizás debiera hacer esto otro, pero... ¿y si probamos esto que puede que también funcione y me motiva más?. Esta carrera es perfecta para el objetivo que nos habíamos planteado, pero está esta otra que tiene muy buena pinta. ¿Probamos?. ¿Por qué no?." Recordáis aquello que dice Víctor Küppers de: "lo importante es saber que lo importante tiene que ser lo importante". Iván lo tiene claro.

        La gran mayoría de los atletas el día de la victoria son los más felices del mundo, es la recompensa al duro trabajo y además trae asociadas recompensas externas en forma de premios, sponsors... . Iván, cuando gane en Hawai será el más féliz del mundo ese día, y lo habrá sido también los 364 días anteriores de entrenamientos que le han llevado hasta allí. Todos y cada uno serán la recompensa de disfrutar haciendo lo que hace. Repito, le encanta entrenar, y necesita que lo que hace le satisfaga más allá de que tan sólo le vaya bien.

        Ganar esta bien. Es bonito, reconforta. En mi opinión, ganar está sobrevalorado porque casi siempre es lo único que importa y no se tienen en cuenta circunstancias que pueden hacer más bonita la victoria e incluso la derrota. Iván, sin embargo, supedita el hecho de ganar al proceso que lo ha llevado hasta ahí, al cómo: "vale sí, he ganado. ¿Y?". Kilian Jornet confiesa que en ocasiones cuando gana alguna carrera (y lleva unas cuantas) vuelve a la meta para ver llegar a los esforzados como yo y en ocasiones dice no tener la sensación de haber hecho lo suficiente y pensar: "Joder!, éstos sí que han ganado". Volvemos a la motivación intrínseca. Ganar es una recompensa externa fruto de la pasión por mejorar que la actividad en si misma despierta en uno. Es el verdadero amor por el deporte. A veces, es tan satisfactoria esa sensación que se vuelve contraproducente y nos pasamos de vueltas y no rendimos lo que deberíamos. Cuenta la leyenda que en una de sus primeras participaciones en Hawai, Iván "necesitó" hacer una tirada de 200 km en bici 5 días antes de competir. En otra ocasión, "necesitó" hacer la Vuelta a Galicia de ciclismo un mes antes de partir a Hawai (5 días de competición a ritmos y en recorridos que no son los suyos en ese momento. Arriesgarse a una caída. Perder sesiones de otro deporte...). Esta temporada le ofrecieron correr la Gran Final de las World Series en Amsterdam otra vez a un mes de Hawai, y por supuesto que sí, "necesitó" hacerlo (ritmos de carrera a pie que te llevan con el gancho, cambiar posición en la bici, como quieres hacerlo bien metes un par de sesiones extra que te dén ese puntito de velocidad, mala suerte de que sale un día de lluvia y frío en un circuito ratonero y arriesgas a una caída...). 

        Cuando leo en la prensa que va hacer estas cosas, me sale la vena Inef (alguna cosita sobre entrenamiento y planificación sabemos), y me digo: "Ya estamos otra vez". Tenemos un amigo común, Pepe, al que llamo cuando pasa esto y le digo que hable con él y le diga que no le conviene, que el trabajo ya está hecho, que sólo hay que mantener la chispa y "descansar" para llegar pleno. Contestación de Pepe: "siéntate con él que tenéis para unos cuantos cafés y te acabará convenciendo de que no tienes razón". Y sabéis qué. Pues que probablemente no la tenga porque la lógica no vale para todos por igual, y para los que son especiales como Iván, menos. Aquí puedo refrendar la reflexión con la experiencia personal. Se dice que si la competición es un sábado, el último entreno fuerte ha de ser el martes. Mi experiencia me dice, que apurando un poco puedes hacerlo en viernes. Tengo competido muchos sábados y salir los viernes a hacer un rodaje "suave" que dejándote llevar por las sensaciones...que importantes son las sensaciones, ¿verdad?.


James Mitchell Photography para El Mundo.


        La pregunta que me hacía, y para la que creo haber encontrado la respuesta, es por qué Iván Raña no gana el Ironman de Hawai. La pregunta no es por qué Iván Raña no es capaz de ganar el Ironman de Hawai. No tengo ningún tipo de duda de que lo hará cuando dé con la tecla que aúne lo que le va bien con lo que le hace disfrutar. De momento, dejándose llevar por las sensaciones y la pasión que siente por este deporte, lo disfruta a tope cada día. Ganar no es lo importante. Creo que nin tan siquiera lo será el día que lo haga. La única duda que me queda es: ¿cuándo?.

        Iván sigue siendo aquel chaval que conocí con 18 años y tenía las cosas tan claras. Ambición, decisión y honestidad no le faltan; y de actitud, sacrificio y compromiso anda sobrado. La diferencia es que ahora las tienes más claras aún y además las ve a su manera. "On my own way", que dice él.

"On My Own Way"


        Le apodan el "Animal". No le viene mal porque lo es un rato largo. Sin embargo, apuesto a que tiene más que ver con esa manera tan "Bestial" que tiene de entender el deporte. No cambies. Te has ganado de sobra el poder tomar tus propias decisiones.

        Me encanta recurrir a Fito y Fitipaldis por sus letras inspiradoras. Siempre tiene alguna estrofa adecuada para ilustrar situaciones en las que no son necesarias imágenes. En este caso, "Por la boca vive el pez", nos sirve perfectamente para definir de modo significativo el carácter de Iván:

"Algo lo que invade
todo viene de dentro
nunca lo que me sacie
siempre quiero, lobo hambriento...

Si me quedo a oscuras
luz de la locura ven y alúmbrame.