viernes, 28 de julio de 2023

ENTRENAR ES CONVENCER

Hace un par de entradas, decía en el grupo de WhatsApp del cole que cerrábamos el blog por vacaciones. Mentí, pero en ese momento yo no lo sabía. El caso, es que tenía una fecha importante anotada en la agenda desde hacía 3 meses, un evento en el que mi mujer y yo habíamos depositado mucha ilusión y grandes esperanzas. ¿Las expectativas? Las mías y las de mi mujer, se cumplieron en el mismo momento en que la prereserva para nuestro hijo en el International Basketology Pro-Camp 2023 para jugadores fue aceptada (luego se han superado de largo) porque es muy fácil adivinar lo que uno puede esperar de una actividad al frente de la cual hay verdaderos profesionales. Antonio Pérez, con amplia experiencia en el baloncesto profesional, es reconocido por su buen hacer en el baloncesto de formación, por implicarse en el proceso de mejora de los jugadores, por ser un maestro en el arte de lo invisible dándole a cada jugador lo que necesita en cada momento para poder avanzar. Antonio es como un as guardado en la manga del que puedes echar mano siempre y, sobre todo, es un buen amigo. Total, que no podía no escribir sobre ello. No quise, la verdad. Que de tanto "apretar el corazón y aflojar de la cabeza los tornillos" como canta Fito, se me caen los sentimientos, y hay que aprovecharlo para escribir sobre ello porque, además de mis conocimientos y experiencias, los sentimientos me mueven a decir lo que pienso y hacer las cosas que hago.

Tengo por costumbre, enviar el enlace de las entradas que escribo a amigos con intereses comunes sobre el deporte y, con la última, uno de ellos me mandaba una foto con una frase de Marcelo Bielsa diciéndome: "ahí te va un tema para tu blog"

Acepto la propuesta. Además, me llega en un momento en el que explicarme me va a resultar muy sencillo. 

Totalmente de acuerdo con Bielsa. "Entrenar es convencer y uno convence difundiendo lo que uno cree..." porque posee los conocimientos necesarios para defenderlo y se ha preparado para ello. Antonio Pérez, luego de unas cuantas temporadas como entrenador ayudante en diferentes clubs de la Liga ACB, pudiera parecer que ha dado un paso atrás al fichar por el Club Baloncesto Lucentum Alicante de LEB Oro (HLA Alicante por motivos de patrocinio) pero nada más lejos de la realidad, ha dado un paso valiente hacia delante porque siempre se ha sentido primer entrenador. Cuando se anunció su fichaje, leí comentarios en varias publicaciones y en todas ellas le daban la bienvenida pero, en España somos de ver el vaso medio vacío, de quedarnos con lo malo esperando, en el mejor de los casos, a que nos sorprendan: "bueno, a ver, lleva mucho sin entrenar, no sabemos a que juega..." 

Cierto, "esta tierra es fría y gris, pero ya irá floreciendo..." (Fito).  Antonio es un tipo extraordinario de lo más común, que siente el baloncesto, siente el juego, y siempre ha tenido la necesidad de mantenerse actualizado para subirse al próximo escalón y desempeñar su trabajo correctamente. Asume el reto y la responsabilidad que conlleva con integridad, ética de trabajo e identidad propias. Creo, de verdad, que en lugar de mirar primero los resultados, habría que observar la manera de entrenar, porque ahí es donde se obra el milagro, y donde Antonio, sin transigir en su modo de entender el deporte, te va a convencer siempre; por trabajo, por conocimientos, y siempre con base, con fundamento: vamos a tirar por aquí por esto, lo vamos a hacer de esta manera, en este momento, con estos ejercicios... sin olvidar el ¿cómo te encuentras hoy?, ¿los exámenes?, ¿el pequeño te ha dejado dormir? Adaptándose al equipo que tiene entre manos y donde importe tanto el componente individual como el objetivo colectivo a conseguir, donde lo importante sea el compromiso que se adquiere para intentar ganar, más que la victoria misma. Donde los jugadores sigan las directrices porque confían ciegamente en el trabajo del entrenador, con todo el respeto del mundo; por nosotros mismos, por los demás y por el deporte que nos hace felices. El respeto nos dignifica, nos hace mejores. Dice el refrán que cada loco con su locura, así que vamos a dejar a Antonio con la suya, porque cree en ella y "porque nadie triunfa con ideas ajenas". Los buenos siempre ganan.


Pues bien, el International Basketology Pro-Camp 2023 que se celebró en Lugo del 16 al 22 de julio al que mi hijo asistió como jugador (se celebra uno paralelo de entrenadores), tenía como director técnico a... sí, Antonio Pérez. Puedo parecer un poco repetitivo, de hecho lo soy, pero estamos hablando de convencer difundiendo lo que uno cree, y yo, mis referencias, las tengo muy claras. Como decía al principio de la entrada, mi mujer y yo teníamos depositadas muchas esperanzas en este campus porque nuestro hijo había perdido un poco la ilusión por el baloncesto estos últimos años. Él entiende el deporte de una manera más amplia, que no se reduce sólo a ganar el partido del fin de semana. No veía retorno al esfuerzo y dedicación que ponía, porque le han tocado unas circunstancias en las que no se trabajaba en el interés del jugador. Estaba frustrado en aquello que más le gusta, y cuando lo que más te gusta no te hace feliz, con perdón, estás jodido. El caso es que no iba muy convencido, más teniendo en cuenta el tipo de campus del que estamos hablando; internacional, en inglés y de alto rendimiento para jugadores en edad junior y senior. La mentalidad con la que llegaba era fija de narices; llevo mucho sin entrenar, no llego en forma, no me van a salir las cosas, seniors, bufff!!!... pero sabemos lo que tenemos en casa, la exigencia que se (valga la redundancia) autoexige, las ganas enormes que tenía de baloncesto, de baloncesto de verdad, y el director técnico era Antonio, al que hay que sumar el equipo top del que se rodea. Al segundo día estaba reventado, le dolían las piernas, pero con los holandeses se lo pasaba genial y el inglés no era un problema. Al tercero, ¿qué tal la comida?, típica pregunta de padres a la que responde con un, "los entrenadores son muy duros en pista pero muy majos. Te lo explican todo las veces que haga falta" ¿Descansas, duermes bien? "Ya le pedí a Jorge (Jorge es el preparador físico) unos ejercicios más adaptados al basket para hacer en el gimnasio a la vuelta" ¿Y Lugo, pudisteis ver algo? "Uff, Álvaro y Borja ahí pegados; el pie, la mano, desbloquea la muñeca, los bloqueos directos siempre por la derecha, over, under... PERO ME VAN SALIENDO LAS COSAS" ¿Repetirías? "Sísísísí, pero con todo lo que me han corregido trabajado" ¡¡¡Caray!!! Le duelen los pies a morir pero, en una sola semana, ilusión renovada, mentalidad de mejora en modo ON y deberes para seguir creciendo durante la temporada. En Galicia, a eso lo llamamos, ¡¡¡carallo, como cambiou o conto!!! 

Dice un amigo que "las cosas cambian y el baloncesto agradece". Y si el baloncesto como deporte, unido a los componentes social y psíquico que lleva aparejado, es el propio agente del cambio, mejor todavía. ¿Qué os voy a contar, si vais a Lugo a un campus, y os encontráis a Erik Quintela, del Breo, entrenando con vosotros todos los días como uno más, y cumpliendo con la tradición que allí tienen de invitar a tortilla el último día? Eso es un regalazo, un subidón!!!


"Y es que es tan alucinante, que hace días que no duermo..." canta Platero y Tú. Así esperamos estar en la próxima edición, ilusionados y expectantes, porque compartir experiencias de este calibre es un privilegio enorme.

"La ilusión siempre fue antes que la mejor actitud del mundo"


lunes, 17 de julio de 2023

INTERNATIONAL BASKETOLOGY PRO-CAMP

Cuando uno acude a un campus del deporte que sea, lo hace por alguna razón. Puede que ninguna de esas razones sean iguales de unas personas a otras, tampoco tan diferentes, pero todas son válidas. Lo que tengo claro, es que no hay nada que demostrar, no hay que llegar aprendido. Llegamos con nuestra experiencia, con nuestro conocimiento del juego, con nuestro dominio de los fundamentos. ¿Qué nos vamos a encontrar?, pues a unas personas que van a poner encima de la mesa justo lo mismo; su experiencia, su conocimiento del juego, su dominio de los fundamentos, todo a nuestra disposición, y lo mejor de todo, su pasión y amor por el juego, por nuestro juego. Siempre hay que escuchar atentamente a los que más saben de aquello que nos interesa porque ya han recorrido un camino que nosotros estamos empezando, o porque durante el viaje nos hemos desviado, o porque directamente nos hemos perdido en algún momento y no encontramos la senda correcta... todos los motivos son válidos.

"Te doy mis mañanas, vigilo tus sueños, escucho tus planes, te ayudo a forjarlos, todo lo podemos..." canta Seguridad Social en una de sus canciones. A todo eso súmale las tardes, las charlas individuales y colectivas, los pequeños comentarios sobre cuestiones específicas y, claro que sí, también sobre la vida en general; el curso escolar, la novia, los amigos... todos esos intangibles que repercuten en el desempeño del papel de jugador; los momentos de ocio, esa palabra a tiempo que haga de resorte: ¡¡¡vamos, eso es!!! Todo eso se llama compartir, porque un campus de verdad lo hacemos entre todos. Luego ya será nuestra responsabilidad sacar el mayor provecho posible porque los coaches están ahí para acompañarnos y ayudarnos a ser mejores, no mejores que ese de ahí o aquel de allá, sino mejores de lo que éramos antes nosotros mismos. Nos van a dar herramientas para poder disipar esas dudas que siempre asaltan al que quiere mejorar. Herramientas para el día a día, para el proceso (que es lo importante), para el viaje que hemos tomado la decisión de emprender con el baloncesto como compañero inseparable. Ahí es donde nos tocará ir a por todas, sabedores de que nadie va a hacerlo por nosotros, "espíritu de lucha cada día y en cada entrenamiento" como diría Rafa Nadal. 


Estoy leyendo un libro sobre Larry Bird. Se decía de él que era lento, que no corría, que no saltaba por encima del aro... pero era muy listo y comprendía el juego. Estos de Basketology han vuelto a demostrar ser muy listos por segundo año al contar una vez más con Antonio Pérez en la dirección técnica. Antonio comprende el juego como nadie. Al igual que Bird, no saltaba por encima del aro pero vaya si corría, ¡¡¡6 minutos en los 2.000 metros de las pruebas de acceso a Inef!!! Jejeje, te la tengo guardada y lo sabes. Antonio es un valor fijo cuyo variable no para de crecer, porque es muy listo y se rodea de gente que lo hace mejor. Entiende que el baloncesto, a veces, no es lo más importante de todo lo que es realmente importante, y por eso, hoy he cumplido con una de esas cosas que me apetecían mucho desde hace tiempo al dejar en Lugo a mi hijo para el campus. En otra entrada anterior hablaba así de ello : "sabes que la familia es muy importante para mí y por ello no dudaría en poner a mi hijo en tus manos. Muéstrale la realidad del baloncesto, llénale la mochila de ilusión, enséñale las múltiples posibilidades de ser útil al equipo y a si mismo, haz que crezca como jugador y como persona" 

Creo firmemente que Antonio y el equipo del que se nutre: Borja, Álvaro y Jorge, al igual que la disciplina de la foto, son el puente perfecto entre los objetivos y los logros que los participantes en el campus puedan haberse marcado. La vida es aquello que pasa mientras haces cosas, y esta semana el viaje hace parada en Lugo, donde estoy seguro que os espera una experiencia fantástica que meter en la maleta de los sueños.

Como tantas otras veces, esta entrada nace fruto de diferentes circunstancias y situaciones del día a día, de darle a la cabeza sobre temas de deporte y formación, que es lo que me gusta. Como siempre, no deja de ser una opinión, válida para mí por ser la mía, pero que se puede desmontar, siempre que se haga con fundamento.


miércoles, 5 de julio de 2023

NO IMPORTA EN LO QUE CREAS, SINO LA INTENSIDAD CON QUE LO HAGAS

¿Las notas finales de curso que nuestros hijos traen a casa pueden considerarse una medida de éxito? Podría decirse que sí, pero el verdadero éxito es el trabajo diario; el planificar para llegar a todo, el planificar, aunque no puedas llegar a todo, para intentar llegar a todo, planificar... y currar

Las notas no dejan de ser una mera estadística que reflejan una realidad a medias, que no llega a entenderse en su totalidad si no estás metido de lleno en el proceso, lo conoces de primera mano o te has preocupado un poquito por conocer las circunstancias. Las notas, ese número que viene luego de cada materia solo son eso, un número, una medida de que el trabajo se ha hecho bien o no, pero no tienen en cuenta todas las variables que intervienen en el proceso ni el esfuerzo puesto en la tarea, todo lo más el porcentaje asignado al trabajo de clase porque eso sí lo podemos ver y medir. Pero las personas no son números ni  estadísticas. El orgullo que como padre pueda sentir no viene marcado por unos números, sino por el camino que se ha hecho para INTENTAR llegar a ellos, y remarco la palabra intentar porque lograrlo no es una medida válida que mida el orgullo, si es que el orgullo se puede medir.

La carta premiada del XL Semanal del 2 de julio habla del "éxito" del que se hacen eco los medios de comunicación acerca de las grandes notas de la EBAU, pero nada dicen de aquellos que con variables muy desfavorables consiguen aprobar con gran esfuerzo pero sin "grandes" notas, y lo que es peor, sin el reconocimiento y la consideración que deberían tener de nuestra parte, pero claro, del iceberg solo se ve la puntita que emerge. Bien premiada esta carta. Bien por el hecho de hacer visibles a esas personas porque, en estos tiempos mediocres de valores, la memoria y la justicia están en peligro de extinción. De todos modos, no olvidemos que es el esfuerzo el denominador común que une a unos y otros, a los próximos al 14 y también a los del 10 raspado.

"Manera habitual de obrar una persona o colectividad, establecida por un largo uso o adquirida por la repetición de actos. Práctica habitual de una persona" Costumbre es una palabra que casa perfectamente con estas personas. Costumbre denota permanencia en el tiempo, y esa perseverancia termina forjando hábitos, y los buenos hábitos requieren de esfuerzo. Uno de los objetivos de la educación, es la adquisición de hábitos que con el tiempo nos hagan independientes en el desarrollo de nuestras funciones en la sociedad que nos haya tocado compartir. Los logros que uno va alcanzando a lo largo de la vida, son el resultado de haber forjado el carácter sobre la base de una serie de valores. Sí, el talento también cuenta ¿La suerte? Venga, vamos a decir que sí, aunque yo no lo creo, pero ambos se desvanecen si no te pillan trabajando y preparado para afrontar los retos.

Los valores no son teóricos, no pueden serlo. Son una responsabilidad que se ha de ejercer ¿De qué vale saberse la teoría si no la llevamos a la práctica? Peor aún, ¿y si la ejercemos mal a sabiendas de que lo estamos haciendo mal? Esos valores no tienen olor; ni sabor, ni alma... no tienen nada. Dice Pau Gasol que la grandeza exige responsabilidad, y Pau es grande, mucho, de tamaño y como deportista. De talla humana, mucho más. Al final, vayas donde vayas, todo se reduce a las personas. Y si las personas no tienen unos valores sólidos que vayan por delante mostrando quiénes son, mal vamos. 

"No importa en lo que creas sino la intensidad con que lo hagas" Indiana Jones ¡¡¡Peliculón la última de Indy!!! 42 años hace de la primera, "En busca del Arca Perdida" Toda una vida. Hemos crecido con la saga. Dice Indy, cuyas imágenes rejuvenecido en el Dial del Destino fueron creadas por la tan de moda Inteligencia Artificial a partir de metraje recopilado en todos esos años que, "en el fondo, solo funciona porque la historia lo pide. Porque visualmente no es real, pero emocionalmente sí que lo es" Pues eso es Indiana Jones para mí, sentimientos que hacen que las emociones salten del principio al final de la película. Y sí, por supuesto que sí, al final lloré porque soy un sentimental y la historia lo pedía, porque el "viejo" arqueólogo, que empezó la película solo, la termina acompañado... los buenos siempre ganan.

En todas y cada una de las películas de la saga, el objetivo principal de Indy es preservar la historia. Sus valores le impedían expoliar yacimientos diciendo que aquello que buscaba con ahínco, con la intensidad del que cree en lo que hace, tenía que estar en un museo y no en manos de coleccionistas privados deseosos de poseer obras de arte por mero postureo o anhelos de dominar el mundo. Hay una escena al comienzo de la película que me hizo... sonreír. Sonreír por verme reflejado en ella. Sonreír por no llorar porque, entre todos, estamos dejando que se pierdan valores humanos y sociales, derivando la situación hacia una sociedad falta de ánimo, pasota, donde prima lo individual y la recompensa inmediata y fácil, no vaya a ser que nos frustremos. No quiero hacer spoiler, pero todo aquel que sea profesor me entenderá cuando vea la peli. Y no hace falta ser profesor o maestro para transmitir valores, para educar, porque la educación cambia vidas, la propia y la de los demás si compartimos aquello que nos hace mejores. 

En una ocasión, un alumno compañero de mi hijo me soltó, "es que tu hijo saca muy buenas notas" Y me lo dijo de una manera como dándome a entender que él no era capaz de hacer lo mismo. Le respondí que sí, que era cierto y además le dije lo siguiente: "tú vas a fútbol y él a baloncesto, y sois muy buenos los dos en la tarea. Pero él, antes de ir a entrenar y muchas noches al volver, robándole horas al sueño, hinca los codos en la mesa y pica piedra. Tú no la rascas y capacidad tienes de sobra, pero al contrario que en el fútbol, en los estudios solo con el talento no te llega" Pensaréis que fui un poco duro pero yo creo que no. En todo caso fui sincero De hecho, cuando la cosa se pone dura es cuando los duros se ponen en marcha. Ahí va otro ejemplo; final de Wimbledon 2008. La mejor final de la historia. Federer-Nadal. En el vestuario, antes de salir al campo, Rafa le pregunta a su tío y entrenador Toni, cómo ve el partido. Este le contesta más o menos lo siguiente: "a ver; Federer tiene una volea mejor que la tuya, un drive mucho mejor que el tuyo, con el saque no hay color..." Para, para, para le dice Rafa. Menudos ánimos me das. Toni sigue: "si quieres puedo mentirte... pero cuando salgas ahí fuera, Federer te va a cantar una verdad tras otra. Si quieres tener una oportunidad, has de jugar cada punto como si fuera el último" Después de más de 5 horas de competición repartidas en dos días, todos sabemos lo que cuenta la historia. ¿Cómo medimos la intensidad con la que Rafa creyó en sus posibilidades jugando cada punto como si fuera el último? Fácil. Rafa lo resume en: "mantener la pasión, el amor por el juego y el espíritu de lucha todos los días y en cada entrenamiento" Hombre de valores, costumbres y hábitos este Rafa. Hábitos de aquellos que dice Xesco Espar construyen a la gente extraordinaria, extraordinaria por mantener los pies en la tierra y el discurso inalterable con el paso de los años. Ya he contado en alguna ocasión la respuesta que dio Rafa a la pregunta de un periodista tras ganar la final de Roma en 2018, "es momento de seguir trabajando" Tras leer el libro de Alejandro Ciriza "Vamos Rafa, no dar nada por perdido para ganarlo todo" descubro que en el 2000, con 13 años y tras ganar el torneo de jóvenes promesas de Tarbes (Francia) respondió a la pregunta del entrevistador, ¿y ahora qué piensas hacer? con un "hay que seguir entrenando"


Cuenta Harrison Ford en una entrevista, a raíz de esas secuencias de la peli en las que sale rejuvenecido, que "lo que haga la Inteligencia Artificial con mi imagen cuando ya no esté aquí me importa un bledo" Conozco la expresión, pero me he ido al diccionario para saber el significado de bledo. Es una planta de tallo rastrero, y en frases afirmativas o negativas con el verbo importar delante significa nada o muy poco. El curso que viene, tras la EBAU, me va a importar un bledo enorme si las notas de mi hijo salen en los medios de comunicación o no. Lo verdaderamente importante será el camino; mantener la pasión, el amor por el juego y el espíritu de lucha todos los días y en cada entrenamiento. Si lo has dado todo no puedes exigirte nada más. Esto sí es motivo de orgullo.

Me encantan las viseras, como complemento y como protección contra el sol. Para la playa, sin embargo, soy más de sombrero, tapa más ¿No os ha pasado que cuando viene una ráfaga de viento, el sombrero sale volando? Pues a Indy no le pasa. Corre, rueda por el suelo, se lanza en paracaídas... nada, el sombrero siempre en su sitio. Tengo que hablar con él a ver si me regala un Fedora de esos, jejeje