miércoles, 5 de julio de 2023

NO IMPORTA EN LO QUE CREAS, SINO LA INTENSIDAD CON QUE LO HAGAS

¿Las notas finales de curso que nuestros hijos traen a casa pueden considerarse una medida de éxito? Podría decirse que sí, pero el verdadero éxito es el trabajo diario; el planificar para llegar a todo, el planificar, aunque no puedas llegar a todo, para intentar llegar a todo, planificar... y currar

Las notas no dejan de ser una mera estadística que reflejan una realidad a medias, que no llega a entenderse en su totalidad si no estás metido de lleno en el proceso, lo conoces de primera mano o te has preocupado un poquito por conocer las circunstancias. Las notas, ese número que viene luego de cada materia solo son eso, un número, una medida de que el trabajo se ha hecho bien o no, pero no tienen en cuenta todas las variables que intervienen en el proceso ni el esfuerzo puesto en la tarea, todo lo más el porcentaje asignado al trabajo de clase porque eso sí lo podemos ver y medir. Pero las personas no son números ni  estadísticas. El orgullo que como padre pueda sentir no viene marcado por unos números, sino por el camino que se ha hecho para INTENTAR llegar a ellos, y remarco la palabra intentar porque lograrlo no es una medida válida que mida el orgullo, si es que el orgullo se puede medir.

La carta premiada del XL Semanal del 2 de julio habla del "éxito" del que se hacen eco los medios de comunicación acerca de las grandes notas de la EBAU, pero nada dicen de aquellos que con variables muy desfavorables consiguen aprobar con gran esfuerzo pero sin "grandes" notas, y lo que es peor, sin el reconocimiento y la consideración que deberían tener de nuestra parte, pero claro, del iceberg solo se ve la puntita que emerge. Bien premiada esta carta. Bien por el hecho de hacer visibles a esas personas porque, en estos tiempos mediocres de valores, la memoria y la justicia están en peligro de extinción. De todos modos, no olvidemos que es el esfuerzo el denominador común que une a unos y otros, a los próximos al 14 y también a los del 10 raspado.

"Manera habitual de obrar una persona o colectividad, establecida por un largo uso o adquirida por la repetición de actos. Práctica habitual de una persona" Costumbre es una palabra que casa perfectamente con estas personas. Costumbre denota permanencia en el tiempo, y esa perseverancia termina forjando hábitos, y los buenos hábitos requieren de esfuerzo. Uno de los objetivos de la educación, es la adquisición de hábitos que con el tiempo nos hagan independientes en el desarrollo de nuestras funciones en la sociedad que nos haya tocado compartir. Los logros que uno va alcanzando a lo largo de la vida, son el resultado de haber forjado el carácter sobre la base de una serie de valores. Sí, el talento también cuenta ¿La suerte? Venga, vamos a decir que sí, aunque yo no lo creo, pero ambos se desvanecen si no te pillan trabajando y preparado para afrontar los retos.

Los valores no son teóricos, no pueden serlo. Son una responsabilidad que se ha de ejercer ¿De qué vale saberse la teoría si no la llevamos a la práctica? Peor aún, ¿y si la ejercemos mal a sabiendas de que lo estamos haciendo mal? Esos valores no tienen olor; ni sabor, ni alma... no tienen nada. Dice Pau Gasol que la grandeza exige responsabilidad, y Pau es grande, mucho, de tamaño y como deportista. De talla humana, mucho más. Al final, vayas donde vayas, todo se reduce a las personas. Y si las personas no tienen unos valores sólidos que vayan por delante mostrando quiénes son, mal vamos. 

"No importa en lo que creas sino la intensidad con que lo hagas" Indiana Jones ¡¡¡Peliculón la última de Indy!!! 42 años hace de la primera, "En busca del Arca Perdida" Toda una vida. Hemos crecido con la saga. Dice Indy, cuyas imágenes rejuvenecido en el Dial del Destino fueron creadas por la tan de moda Inteligencia Artificial a partir de metraje recopilado en todos esos años que, "en el fondo, solo funciona porque la historia lo pide. Porque visualmente no es real, pero emocionalmente sí que lo es" Pues eso es Indiana Jones para mí, sentimientos que hacen que las emociones salten del principio al final de la película. Y sí, por supuesto que sí, al final lloré porque soy un sentimental y la historia lo pedía, porque el "viejo" arqueólogo, que empezó la película solo, la termina acompañado... los buenos siempre ganan.

En todas y cada una de las películas de la saga, el objetivo principal de Indy es preservar la historia. Sus valores le impedían expoliar yacimientos diciendo que aquello que buscaba con ahínco, con la intensidad del que cree en lo que hace, tenía que estar en un museo y no en manos de coleccionistas privados deseosos de poseer obras de arte por mero postureo o anhelos de dominar el mundo. Hay una escena al comienzo de la película que me hizo... sonreír. Sonreír por verme reflejado en ella. Sonreír por no llorar porque, entre todos, estamos dejando que se pierdan valores humanos y sociales, derivando la situación hacia una sociedad falta de ánimo, pasota, donde prima lo individual y la recompensa inmediata y fácil, no vaya a ser que nos frustremos. No quiero hacer spoiler, pero todo aquel que sea profesor me entenderá cuando vea la peli. Y no hace falta ser profesor o maestro para transmitir valores, para educar, porque la educación cambia vidas, la propia y la de los demás si compartimos aquello que nos hace mejores. 

En una ocasión, un alumno compañero de mi hijo me soltó, "es que tu hijo saca muy buenas notas" Y me lo dijo de una manera como dándome a entender que él no era capaz de hacer lo mismo. Le respondí que sí, que era cierto y además le dije lo siguiente: "tú vas a fútbol y él a baloncesto, y sois muy buenos los dos en la tarea. Pero él, antes de ir a entrenar y muchas noches al volver, robándole horas al sueño, hinca los codos en la mesa y pica piedra. Tú no la rascas y capacidad tienes de sobra, pero al contrario que en el fútbol, en los estudios solo con el talento no te llega" Pensaréis que fui un poco duro pero yo creo que no. En todo caso fui sincero De hecho, cuando la cosa se pone dura es cuando los duros se ponen en marcha. Ahí va otro ejemplo; final de Wimbledon 2008. La mejor final de la historia. Federer-Nadal. En el vestuario, antes de salir al campo, Rafa le pregunta a su tío y entrenador Toni, cómo ve el partido. Este le contesta más o menos lo siguiente: "a ver; Federer tiene una volea mejor que la tuya, un drive mucho mejor que el tuyo, con el saque no hay color..." Para, para, para le dice Rafa. Menudos ánimos me das. Toni sigue: "si quieres puedo mentirte... pero cuando salgas ahí fuera, Federer te va a cantar una verdad tras otra. Si quieres tener una oportunidad, has de jugar cada punto como si fuera el último" Después de más de 5 horas de competición repartidas en dos días, todos sabemos lo que cuenta la historia. ¿Cómo medimos la intensidad con la que Rafa creyó en sus posibilidades jugando cada punto como si fuera el último? Fácil. Rafa lo resume en: "mantener la pasión, el amor por el juego y el espíritu de lucha todos los días y en cada entrenamiento" Hombre de valores, costumbres y hábitos este Rafa. Hábitos de aquellos que dice Xesco Espar construyen a la gente extraordinaria, extraordinaria por mantener los pies en la tierra y el discurso inalterable con el paso de los años. Ya he contado en alguna ocasión la respuesta que dio Rafa a la pregunta de un periodista tras ganar la final de Roma en 2018, "es momento de seguir trabajando" Tras leer el libro de Alejandro Ciriza "Vamos Rafa, no dar nada por perdido para ganarlo todo" descubro que en el 2000, con 13 años y tras ganar el torneo de jóvenes promesas de Tarbes (Francia) respondió a la pregunta del entrevistador, ¿y ahora qué piensas hacer? con un "hay que seguir entrenando"


Cuenta Harrison Ford en una entrevista, a raíz de esas secuencias de la peli en las que sale rejuvenecido, que "lo que haga la Inteligencia Artificial con mi imagen cuando ya no esté aquí me importa un bledo" Conozco la expresión, pero me he ido al diccionario para saber el significado de bledo. Es una planta de tallo rastrero, y en frases afirmativas o negativas con el verbo importar delante significa nada o muy poco. El curso que viene, tras la EBAU, me va a importar un bledo enorme si las notas de mi hijo salen en los medios de comunicación o no. Lo verdaderamente importante será el camino; mantener la pasión, el amor por el juego y el espíritu de lucha todos los días y en cada entrenamiento. Si lo has dado todo no puedes exigirte nada más. Esto sí es motivo de orgullo.

Me encantan las viseras, como complemento y como protección contra el sol. Para la playa, sin embargo, soy más de sombrero, tapa más ¿No os ha pasado que cuando viene una ráfaga de viento, el sombrero sale volando? Pues a Indy no le pasa. Corre, rueda por el suelo, se lanza en paracaídas... nada, el sombrero siempre en su sitio. Tengo que hablar con él a ver si me regala un Fedora de esos, jejeje


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