No entiendo el deporte sin la música, y esta, me ayuda a entender y disfrutar, más si cabe, el deporte. La música es al alma lo que el deporte al cuerpo, y por mucho que Descartes hable de la dualidad esa, para mí no existe, una cosa no funciona sin la otra. No es ningún secreto, que empleo fragmentos de las letras de canciones de músicos que me inspiran, para expresar más correctamente aquello que quiero contar en mis entradas. Podríamos decir que hago mis propias versiones adaptándolas al tema del que quiero hablar, y con ello, un pequeño homenaje al arte que estos grandes artistas tienen a bien compartir con todos nosotros.
Este fin de semana ha sido fantástico en ambos aspectos. El sábado, con el 3x3 de Baloncesto Concello de Boiro que ha sido muy emocionante y, en mi caso particular, he podido constatar un cambio muy esperado y que estaba deseando ver hacía tiempo. Feliz de ver felices a aquellos que quiero, haciendo lo que les hace felices de verdad. Feliz de verlos ser ellos mismos, de sentir el deporte que les apasiona y expresarse en la pista a su manera porque eso los hace diferentes y especiales. Eso es lo que el deporte tiene que ser, un medio de realización personal, de sentirse satisfecho con uno mismo por el trabajo realizado, de compartir experiencias, de ayudar al que tienes al lado, y también al que tienes enfrente, a ser mejor... ¿En cuanto a la música que se pone en estos eventos?. Puede mejorarse mucho, la verdad.
Pues bien, hablando de música, David Prado, artísticamente Prado a secas, es de Lugo y no lo niega, viene de Vigo y está enamorado da Costa da Morte. Así se presentaba Prado en la Terraza del Liceo. No es un descubrimiento porque unos amigos no paraban de hablarnos de él, decían que nos iba a gustar, pero no lo habíamos visto en directo, y es ahí, en las distancias cortas, donde la gente te gana de verdad. ¡Y vaya si lo ha hecho! Como los buenos deportistas sienten el deporte, David siente la música a su manera y así lo expresa en el escenario, ofreciendo algo más que otros intérpretes, pequeños matices a la hora de cantar que lo hacen diferente y especial. Sus canciones son suaves, pero tienen esa fuerza que le aportan las olas que van rompiendo en la costa y llenan de energía las palabras con las que compone los versos que va desgranando a la guitarra. Para que se entere Descartes, en David alma hay de sobra, y las manos y la voz trabajan conjuntamente con ella, ávidas de sacar fuera todo lo que lleva dentro. ¿Sabéis cómo se va poniendo la música con el transcurso del concierto? Sí, eso es, "cada día más guapa"
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