lunes, 8 de octubre de 2012

EL DEPORTE. MEDIO Y FIN EN SI MISMO.

        El deporte ha estado siempre muy presente a lo largo de mi vida. De hecho ha sido uno de los pilares fundamentales sobre los que cimentar decisiones y conductas que luego han marcado el devenir de los años.

        Los recuerdos que tengo de mi infancia son de estar mucho en la calle. En mi época no había problemas por eso. Teníamos lugares de sobra donde pasar un buen rato sin temor a que nos sucediera nada malo, y si algo pasaba, solía ser porque tomábamos riesgos innecesarios de los cuales muchas veces no éramos conscientes. Teníamos muchos espacios abiertos donde improvisar partidos, de fútbol principalmente, alejados del tráfico rodado -antes no había tantos coches y no corrían tanto como ahora-. Recuerdo con especial cariño la huerta de Ernesto -ahora rúa da Santísima Trinidade-, menudo campo de fútbol que teníamos allí montado. La Pedrachán, el muelle marqués, el Espíritu Santo, o Monte do Bolo...la lameda, que no alameda. Salíamos cada tarde después del colegio a pasar un buen rato y el fin de semana sólo íbamos a casa a comer, para continuar luego hasta la cena. Los domingos, en mi caso, tocaba deporte de salón con Estudio Estadio de mañana y Estadio 2 de tarde, si mal no recuerdo. En este tiempo el deporte era un medio del que nos servíamos para juntarnos y disfrutar de amenos ratos.

        Con el tiempo y animado por varios amigos comencé a practicar atletismo en el club de la localidad de reciente creación -pocos imaginábamos entonces que marcaríamos una época en el atletismo gallego y nacional-. Por aquel entonces el deporte seguía siendo para nosotros un medio a través del cual conseguir otros fines que no pasaban de ir a tal o cual carrera a pasar el día con los amigos, o simplemente juntarnos tres días a la semana en el entrenamiento de turno para contarnos nuestras cosas y pasarlo bien. Cuando tocaba el campeonato provincial o el gallego, y se celebraba lejos con lo que había que ir a dormir fuera, era lo más. Hice nuevos amigos. Muchos. Amistades que después de tantos años conservo.

        El destino quiso que esto de correr se diera bien. Tuve la suerte de topar con buena gente que me enseñó el valor de la amistad y el compañerismo. Gente que me ayudó a suplir carencias y gente que cuando la cosa se volvió más exigente -a nivel dedicación-, me hizo ver que en realidad no me estaba perdiendo nada -salir de juerga es uno de los ejemplos más recurridos-, porque hacíamos lo que de verdad nos gustaba. Tuve la suerte de que me mostraran los verdaderos valores del deporte y hacerme ver que éstos se extrapolan perfectamente a la vida cotidiana. El sacrificio, la constancia, el esfuerzo, la dedicación, la ilusión por el trabajo bien hecho, la humildad... .





        Todo ello hizo que el deporte se convirtiera no sólo en un medio, sino en un fin en si mismo que además traía asociados una serie de beneficios. El objetivo pasó a ser disfrutar del deporte por el mero hecho de hacerlo, correr en mi caso, y verse recompensado por los beneficios que trae consigo. Doble disfrute. Beneficios físicos como levantarse cada mañana con ánimos y descansado, tener una forma física envidiable y actualmente poder seguirle el ritmo a mi hijo pequeño; beneficios psicológicos como poder desconectar por unas horas de la rutina diaria y darle un nuevo enfoque a los problemas, afrontándolos con fuerzas renovadas; beneficios sociales incuestionables en cuanto a relacionarse con otras personas... . Si definimos salud no sólo como la ausencia de enfermedades, sino como el bienestar físico, psíquico y social, el objetivo lo damos por conseguido.

        El deporte me dio además una serie de oportunidades y me facilitó con ellas la toma de decisiones. Lo único que tuve que hacer fue aprovecharlas poniendo de mi parte el esfuerzo necesario. Pude estudiar el bachillerato en el centro donde había cursado mis estudios hasta entonces porque me ofrecieron la posibilidad de hacerlo. Al tratarse de un centro privado y el bachiller no ser gratuito, no hubiera podido hacerlo por mis medios. Tendría que haber dejado a mis compañeros de toda la vida, a profesores que ya conocía, en definitiva, un entorno estable y empezar casi de cero en otro lado con todos los cambios que ello conlleva. Ésto no tiene porque ser malo, pero todos sabemos la importancia que tiene, en estas edades, un entorno estable y conocido. Tuve la opción de hacer la carrera universitaria que me gustaba, "INEF" , para lo cual había que pasar unas exigentes pruebas físicas pues el número de plazas era limitado. De esas plazas se reservaba un tanto por ciento para deportistas de élite y yo cumplía con los requisitos -no debían ser demasiado exigentes por aquella época-. El practicar deporte con "asiduidad" me lo puso más fácil si cabe, me dio una opción más a la que no podían optar otros. Practicar deporte con "asiduidad" me permitió pasar las pruebas con nota y no me habría hecho falta ser deportista de élite. Por tener derecho a ese calificativo podría no haberme esforzado tanto pues las plazas reservadas no llegaron a cubrirse, pero...la recompensa sabe mejor cuando lo has dado todo.   Ahora soy profesor de educación física en el centro escolar donde estudié . De alguna manera me gano la vida con el deporte y puedo tener una vida plena que comparto con mi familia.

        A lo largo de este rollazo que acabo de escribir hablo de suerte, destino, de oportunidades, de facilidades... . No se las puede esperar sentado. Hay que buscarlas. Y cuando llegan hay que hacerse merecedor de ellas.

        Ya sabes. ¡¡¡Haz DEPORTE!!!. Yo lo sigo disfrutando como siempre. La ilusión es la misma, las circunstancias evidentemente no. Pero la esencia no cambia.

       

6 comentarios:

  1. Suscribo todo lo dicho: yo también empecé a correr para poder estar más tiempo por la calle y con los amigos; también estaba "suscrito" a las sesiones maratonianas de los domingos en TV, con todo la atracción del deporte que daban en aquel entonces; ... En mi caso el deporte no se ha convertido en un medio de vida pero sí que me ha aportado muchos de los valores más importantes en mi vida, como bien enumeras en el artículo.

    P.D. Dentro del amplio abanico deportivo que ha movido nuestra infancia y adolescencia, son inolvidables aquellas etapas de ciclismo de montaña que organizábamos entre pandillas, o la prueba de decathlon. Y lo mejor, verlo en vídeo todos juntos despues :D

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    1. Gracias como siempre por tus comentarios. El 17 de Noviembre, si nos vemos al final, comentaremos estas y más cosas seguro. Pero durante la comida porque en el trote iremos con la lengua fuera y no podremos hacerlo.

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  2. La esencia de las cosas se transmite cuando alguien tiene el don de la palabra y lo ejercita. Magnífica plasmación del auténtico significado del deporte y de la lucha individual y digna. Gracias por el mensaje positivo que siempre nos regalas.

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    1. Alguien que como yo ha sido, y sigo siéndolo, un "pelín" tímido y me cuesta a veces exteriorizar las cosas, he encontrado con estos pequeños relatos la manera de transmitir sentimientos y puntos de vista que de otro modo no hubiera podido hacerlo. Y aunque no creo que tenga el don de la palabra, la verdad es que le estoy cogiendo el gusto a lo de escribir.

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  3. Acabo de leer tu nueva entrada y la verdad es que refleja perfectamente el sentir de muchas personas que han dedicado su vida al deporte o ha sido uno de los pilares fundamentales, tanto el deporte amateur (mi caso) como profesional. Como bien dices, deporte es sinónimo de muchas cualidades, en su mayor parte positivas, y que tú enumeras perfectamente. Felicidades Suso.

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    1. Eso es lo que intento con los relatos del blog, reflejar lo que supongo sienten y piensan muchos otros pero desde mi punto de vista y apoyado en mi experiencia. Gracias.

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