Fuente: Julio Zanfaño. |
Estos días estamos celebrando, y digo celebrando porque considero que sí es un motivo de celebración, el inicio de un nuevo curso académico. Nuevas ilusiones, expectativas, retos, amistades... cambios importantes en la vida de los alumnos, profesores y padres, que de alguna manera van a dibujar o trazar el itinerario a seguir en años venideros. Durante este mes celebramos también (ésto es a título personal), y sin ningún género de dudas sí es un motivo de celebración, el inicio de un curso académico de hace ya 25 años donde había puestas muchas expectativas e ilusiones, las cuales se cumplieron con creces y que nuestro padrino de promoción, Carlos Agrasar, nos animó a renovar durante su discurso en el evento que tuvo lugar en el salón de actos del Inef Galicia.
Todo inicio de curso requiere de una toma de decisiones. Decisiones que en ocasiones se toman con antelación, con mucha antelación si tienes claro lo que quieres. Todo aquel que se decide por una carrera como Inef (siempre seremos los de la Inef, de la Inés, o de la gimnasia...o como quieran llamarnos, pues hace 25 años eramos los únicos junto con Madrid donde se impartían los estudios de Educación Física; unos raritos que nadie sabía muy bien lo que hacíamos allí, a orillas de la playa de Bastiagueiro) traza su camino con tiempo, decisión y responsabilidad. No llegas aquí por casualidad. Somos una carrera de actitud con "c" y de vocación. También de conocimientos y habilidades, por supuesto, pero sobre todo de manera de ser.
Quizás el denominador común que nos une a todos sea el amor por el deporte. El deporte es un fin en si mismo; aquel que se hace para disfrutar, aquel al que se juega por el placer mismo de jugar, aquel que nos hace mejores en los diferentes ámbitos de la vida diaria. Ese deporte, por si mismo, ha de ser la motivación (motivación intrínseca que diría Antonio Pérez) que nos lleve a ser más competentes en una determinada actividad. Pero el deporte también es un medio. Un medio a través del cual conseguir recompensas externas. En mi caso, por poner un ejemplo, practicar deporte con asiduidad me llevó a superar las pruebas de acceso a Inef, optar a realizar la carrera universitaria que quería, y tener una salida profesional. Y por encima de todo, el deporte es el medio que utilizamos para ejercer la responsabilidad que adquirimos con aquellos que nos rodean; hijos, alumnos, amigos...transmitiendo los valores y principios por los que nos regimos: ilusión, perseverancia, afán de superación, motivación, pasión, nobleza, amistad...actitud. La actitud es el modo en que te enfrentas a la vida. Dice Víctor Küppers que no puedes escoger las cartas que la vida reparte, pero sí el modo en que te enfrentas a ellas. Yo digo que es el reflejo de lo que se ve, y lo cierto es que, sois un espejo fantástico en el que verse reflejado.
En entradas antiguas he tocado el tema de mi estancia en Inef porque me gusta tirar de experiencias personales para mostrar los temas de los que hablo, y os puedo asegurar que los 5 años que pasamos allí, son momentos inolvidables a los que vuelvo de vez en cuando. En la introducción a una entrevista que le hice a Antón Ruanova con los chavales de 1º de la ESO en 2012, ilustro de alguna manera el momento que vivimos el sábado y refrendo totalmente lo que Manu calificó como lo único importante, la amistad (más adelante añadiremos alguna cosita):
"Hay ocasiones, cuando te juntas con amigos, en las que inevitablemente se rememoran tiempos pasados, y te das cuenta como algunos hechos que sucedieron hace mucho tiempo pueden de algún modo marcar tu vida.
Yo terminé la Licenciatura en Educación Física en el año 1997, 5 años de carrera, 5 años maravillosos. Duros, pero maravillosos. Años en los que hice amigos, de esos que se dice que se cuentan con los dedos de una mano y a mi no me llegan las dos para hacerlo"
A estas alturas, los que me conocéis un poco, os habréis dado cuenta que tímido soy un rato. Ya no tanto pues no queda otra que espabilar, aunque las distancias cortas me siguen costando. Quizás esa sea una de las razones por las que me gusta escribir. Me da ese margen necesario para pensar las cosas y compartirlas después. Otra de las razones es cuando algo me emociona e inspira y me anima con ello a plasmarlo. Puede ser algo insignificante o la cosa más inspiradora del mundo, pero si despierta en mí la necesidad de expresarlo, ahondo en ello hasta quedarme satisfecho ya que primero escribo para mí mismo. Si además, como es el caso, se da la circunstancia que la ocasión lo merece, la necesidad se vuelve imperiosa.
La emoción puede expresarse de diferentes modos. Dos de las maneras más comunes son a través del llanto y de la risa. Este sábado pasado os puedo asegurar que lloré y reí casi a partes iguales, incluso lloré de tanto partirme de risa con esos dos fenómenos que no necesitan presentación: Manu y Carba. Espectaculares!.
Durante ese monólogo a dos bandas, Manu mencionó que lo único importante al final es la amistad. Hay un par de canciones de Fito y Fitipaldis en las que dice que "no siempre lo urgente es lo importante" y "dicen que estoy perdiendo el tiempo en vivir deprisa". Creo, y no me equivoco, que la amistad la cultivamos con cariño y la cocinamos a fuego lento, sin prisas, durante 5 años. Por eso permanece después de tanto tiempo. Mencionando de nuevo a Víctor Küppers, hay una frase que me parece muy apropiada: "lo importante es saber que lo importante tiene que ser lo importante". Por ello, me gustaría añadir a la amistad, dos palabras aportadas por Agrasar y Rafa Martín Acero: ilusión y actitud.
Ya para terminar es el momento, una vez más, de dar las gracias a todos aquellos que habéis hecho posible que la reunión tuviera lugar, es decir, a todos vosotros. Con especial agradecimiento a ese gran comité organizador porque habéis estado FANTÁSTICOS. No voy a entrar a nombrar uno por uno, pero si me lo permitís, si que me gustaría ensalzar el trabajo de Susanita (tenemos ya más de 40 y seguirás siendo la Pitita). Puede que no estéis de acuerdo conmigo (voy a tomar prestadas unas palabras de Martín Acero) pero en una sociedad en la que prima lo individual e inmediato, es precisamente el trabajo de alguien individual lo que hace que sigamos siendo un colectivo duradero. Gracias Susana. Eres el ejemplo perfecto de actitud, ilusión y amistad.
Ahí queda eso. Y que viva San Froilán!!!.
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