De un tiempo a esta parte, hay un aspecto en el que me he ido fijando en diferentes lugares, con diferentes equipos y disciplinas deportivas, y distintas personas o entrenadores. Yo no soy entrenador de nada pero sí que provengo del mundo del deporte y la Educación Física y aunque no mucho, algo sí he aprendido y creo poder afirmar que algo sí sé. He de decir que no le he dado el valor o la importancia que se merece porque quizás no era plenamente consciente de ello... hasta ahora, que digamos, me toca vivirlo más de cerca.
Hace muchos años me contaron un cuento. Cuento que creo es muy adecuado para dar a entender aquello que queremos transmitir hoy y que los veteranos del grupo de Noia reconocerán al instante. Erase una vez un "gran" entrenador de atletismo que tenía una enorme cesta de huevos. No eran unos huevos cualquiera, sino unos buenos huevos camperos, apasionados de su deporte y con posibilidades de llegar muy arriba. Con el paso del tiempo cada vez quedaban menos huevos en la cesta. Se iban rompiendo y quedando por el camino hasta que sólo quedaron unos poquitos. Esos poquitos fueron los que le dieron fama al citado entrenador y ya nadie supo más de aquellos que se quedaron atrás. Sólo se tuvieron en cuenta las cualidades deportivas de estos y no se desarrollaron todo lo que debieran abandonando la práctica deportiva.
Hace muchos años me contaron un cuento. Cuento que creo es muy adecuado para dar a entender aquello que queremos transmitir hoy y que los veteranos del grupo de Noia reconocerán al instante. Erase una vez un "gran" entrenador de atletismo que tenía una enorme cesta de huevos. No eran unos huevos cualquiera, sino unos buenos huevos camperos, apasionados de su deporte y con posibilidades de llegar muy arriba. Con el paso del tiempo cada vez quedaban menos huevos en la cesta. Se iban rompiendo y quedando por el camino hasta que sólo quedaron unos poquitos. Esos poquitos fueron los que le dieron fama al citado entrenador y ya nadie supo más de aquellos que se quedaron atrás. Sólo se tuvieron en cuenta las cualidades deportivas de estos y no se desarrollaron todo lo que debieran abandonando la práctica deportiva.
Coach Carter |
Rafa Nadal y Pau Gasol son dos grandes deportistas que comenzaron pronto sus carreras y han llegado donde han llegado porque se lo han tomado muy en serio y han amado mucho su pasión que con el tiempo se convirtió también en su trabajo. Sin embargo, tanto uno como el otro, han dicho que el tenis y el baloncesto son sólo una parte de lo que en realidad son. Su dimensión es mucho más amplia y abarca mucho más allá que el deporte que practican.
Marc Gasol dijo en una ocasión que cuando las cosas no van bien la crítica es fácil y dura por parte de aquellos que son meros espectadores y cuya visión no alcanza más allá de un resultado. Sólo ven al jugador (algo comprensible). Sin embargo ellos, como compañeros de equipo y amigos, van más allá y además de al jugador, su visión abarca también a la persona que se esconde tras él, porque ambas van de la mano y en ellas confluyen un montón de variables difíciles de gestionar, que hacen que las cosas no vayan siempre del mismo modo a pesar de que la preparación haya sido la correcta.
Hablando un día con un entrenador del que mi hijo tuvo la fortuna de disfrutar y aprender, le preguntamos como lo veía en los entrenamientos. Respondió con un gesto de las manos haciendo un círculo, y lo acompañó con tres palabras: "es muy completo". Es evidente que hablaba de él como jugador, aunque si nos atenemos a las palabras de Marc Gasol, completo abarca mucho más, al jugador y a la persona.
Robert de Niro en la película "Los Padres de Él", le da la charla a Ben Stiller cuando está a punto de convertirse en su yerno. Le dice que ha entrado en su "círculo de confianza" porque aúna una serie de cualidades que su hija aprecia en él aunque no sean del todo visibles para De Niro: "por lo cual te voy a vigilar de cerca" (vaya si lo hace). En el caso de los atletas esas cualidades pueden ser deportivas, actitudinales, humanas, sociales,... y en todas!!! ellas tenemos que confiar para que se asienten con solidez y hagan mejor al jugador y a la persona. Confianza es una de las cosas que tenemos que transmitir a los chavales. "En estos trece años hay mucho trabajo y agradecimientos a gente que ha confiado en mí. Sin esa confianza, la gente joven no sale". Marc Gasol.
En etapas de formación (que podrían ser todas pues nunca se deja de aprender) a la hora de entrenar hay que estar a lo que hay que estar. Cierto, hay que estar concentrado. Concentración es uno de los pilares que denotan que existe un compromiso con uno mismo y con el equipo. Pero no es lo mismo un lunes que un viernes (obligaciones escolares, obligaciones sociales, exigencias del día a día, levantarse temprano, acumulación de entrenamientos semanales que derivan en cansancio) no es lo mismo hacer aquello a lo que estás acostumbrado que aprender cosas nuevas que te exigen un plus, hay que tener en cuenta el estado físico diario del chaval y no exigirle más de lo que te puede dar en ese momento. Si ha tenido una enfermedad reciente (leve, tipo gripe o resfriado) hay que estar pendiente de él y decirle que puede o no puede hacer o que queremos que haga esos días. El niño te va a decir: "coach, puedo". Esa es la actitud que hay que buscar, que el niño esté dispuesto, que esté comprometido con la actividad. Pero aunque él diga que puede, hay que hacerle ver que no es necesario.
Deberíamos empezar los entrenamientos con un: buenas chavales, ¿cómo estamos hoy? ¿Algún tipo de molestia? Fulanito, esa fiebre de hace dos días ¿está superada ya? ¿Alguno ha tenido Educación Física en el cole hoy? ¿Qué habéis hecho? ¿Cómo va la semana de exámenes?... Debemos manejar toda esa información y ser respetuosos con el estado físico y anímico del chaval, que sientan que se les tiene en cuenta y creemos en ellos más allá de lo buenos o menos buenos que sean en el deporte que practiquen. Y cuando todo está ok y hay que "castigarlos", hay que hacerlo por las malas actitudes y las malas conductas derivadas de ellas y no por simples fallos. No todos tienen la misma capacidad ni el mismo ritmo de aprendizaje, pero sí que todos han de tener las mismas ganas. Si eso sucede el trabajo dará sus frutos. No podemos caer en el error, como entrenador, de pensar que aquello que es fácil para mí tiene que serlo para todos. Los entrenadores o profesores tenemos el conocimiento, los niños sólo tienen información que han de gestionar y transformar. Dinámicas correctoras y ruedas comunicativas, que diría Antonio Pérez Caínzos (¿cuántas veces?. Las que hagan falta!!!), y no castigos e imposiciones que no funcionan. Basta ya de líneas y flexiones o escaleras. No es necesario gritar las cosas para hacernos entender. Que los niños se sientan valorados y quieran volver mañana con más conocimientos y con más ganas de aprender.
El deporte, cualquier deporte, es sólo un juego al que se juega. Pero para muchos chavales es su pasión. Alimentémosla!!!.
¿Y tú porque juegas? Juego porque me gusta. Brad Pitt, en una reciente entrevista por su última película donde se va al espacio en busca de su padre desaparecido, comenta que de los padres recibimos buenas lecciones: "de niño yo jugaba al tenis y me creía muy bueno. No lo era y me enfadaba cuando las cosas no salían como quería. Un día en un partido que iba perdiendo tiré la raqueta al suelo y empecé a pisotearla. Mi padre vino hacía mí y en lugar de reñirme, me dijo: Hijo, ¿te diviertes?. Le contesté que no y simplemente me respondió: ¿Entonces por qué juegas?...
"Los entrenadores son básicos para sacar a la luz el potencial del triatleta, pero hay un aspecto como la motivación que, aunque debe ser empujada a veces, debe salir de uno mismo. La motivación viene de cada uno de nosotros. Hay momentos en los que es necesario que el entrenador te motive, claro, momentos en los que uno no está bien. Es muy importante tener a alguien capaz de sacarte de ese bache, pero tienes que hacer esto porque te gusta. Si te están empujando demasiado igual te están engañando y es mejor que te dediques a otra cosa, para que vas a estar volviéndote loco con algo que realmente no te gusta. Esto lo haces por la pasión y por disfrutar de ello". Mario Mola
No puede ser que dejemos de hacer lo que nos gusta porque alguien nos lleve a ello, la decisión ha de ser nuestra. Los chavales, más allá de recompensas externas, lo que ganan de verdad son conocimientos sobre el juego que generan confianza y aumento de la autoestima, ganan motivación para seguir aprendiendo, ganan disfrutar porque, de momento, el deporte es su pasión y no su trabajo (ay de ellos como pierdan la pasión en algún momento)
"No es el más fuerte el que llega primero, sino el que más disfruta con lo que hace". Kilian Jornet.
¿Quiere todo esto decir que no se les debe exigir... demasiado?. Hay que exigirles aquello para lo que estén preparados y animarlos a superar sus límites porque también se lo vamos a exigir cuando estén listos para ello. Evolución desde la motivación. Hay que tener bien presente que ganar no es el objetivo. Si te gusta el deporte de verdad no estás pensando constantemente en ganar o perder, sino en cómo podemos hacerlo mejor la próxima vez, ser competitivos en la medida de nuestras posibilidades y disfrutar del camino.
"Si para ganar carreras tengo que dejar de comer chocolate, bienvenidas sean las derrotas". Kilian Jornet.
Tengo una niña de 13 años en clase. Infantil de 2º año. Juega al baloncesto. A finales de agosto tuvo una lesión de rodilla importante, microrotura de ligamento lateral interno. Después de la resonancia para saber el alcance de la lesión, el parón obligado con la consiguiente pérdida de tono muscular y desconociendo por mi parte los plazos de recuperación de una lesión así, esta niña, con el alta recién en la mano, está entrenando 3 días y jugando 35 minutos el fin de semana en un partido que ganan de KO (es cuando la diferencia en el marcador alcanza los 50 puntos y se deja de anotar). Y yo en clase no dejándole hacer ciertos ejercicios que considero que no son adecuados para ella de momento!!!. ¿Es esto cuidar a los deportistas?. En mi opinión, no.
Ojalá el cuento del que antes hablaba fuese un cuento, pero era la realidad en aquel momento y poco ha cambiado desde entonces. Moraleja: cuidado con los huevos que corres el riesgo de que se rompan. Si los cueces a fuego lento se vuelven fuertes y los efectos se hacen duraderos.
Robert de Niro en la película "Los Padres de Él", le da la charla a Ben Stiller cuando está a punto de convertirse en su yerno. Le dice que ha entrado en su "círculo de confianza" porque aúna una serie de cualidades que su hija aprecia en él aunque no sean del todo visibles para De Niro: "por lo cual te voy a vigilar de cerca" (vaya si lo hace). En el caso de los atletas esas cualidades pueden ser deportivas, actitudinales, humanas, sociales,... y en todas!!! ellas tenemos que confiar para que se asienten con solidez y hagan mejor al jugador y a la persona. Confianza es una de las cosas que tenemos que transmitir a los chavales. "En estos trece años hay mucho trabajo y agradecimientos a gente que ha confiado en mí. Sin esa confianza, la gente joven no sale". Marc Gasol.
En etapas de formación (que podrían ser todas pues nunca se deja de aprender) a la hora de entrenar hay que estar a lo que hay que estar. Cierto, hay que estar concentrado. Concentración es uno de los pilares que denotan que existe un compromiso con uno mismo y con el equipo. Pero no es lo mismo un lunes que un viernes (obligaciones escolares, obligaciones sociales, exigencias del día a día, levantarse temprano, acumulación de entrenamientos semanales que derivan en cansancio) no es lo mismo hacer aquello a lo que estás acostumbrado que aprender cosas nuevas que te exigen un plus, hay que tener en cuenta el estado físico diario del chaval y no exigirle más de lo que te puede dar en ese momento. Si ha tenido una enfermedad reciente (leve, tipo gripe o resfriado) hay que estar pendiente de él y decirle que puede o no puede hacer o que queremos que haga esos días. El niño te va a decir: "coach, puedo". Esa es la actitud que hay que buscar, que el niño esté dispuesto, que esté comprometido con la actividad. Pero aunque él diga que puede, hay que hacerle ver que no es necesario.
Deberíamos empezar los entrenamientos con un: buenas chavales, ¿cómo estamos hoy? ¿Algún tipo de molestia? Fulanito, esa fiebre de hace dos días ¿está superada ya? ¿Alguno ha tenido Educación Física en el cole hoy? ¿Qué habéis hecho? ¿Cómo va la semana de exámenes?... Debemos manejar toda esa información y ser respetuosos con el estado físico y anímico del chaval, que sientan que se les tiene en cuenta y creemos en ellos más allá de lo buenos o menos buenos que sean en el deporte que practiquen. Y cuando todo está ok y hay que "castigarlos", hay que hacerlo por las malas actitudes y las malas conductas derivadas de ellas y no por simples fallos. No todos tienen la misma capacidad ni el mismo ritmo de aprendizaje, pero sí que todos han de tener las mismas ganas. Si eso sucede el trabajo dará sus frutos. No podemos caer en el error, como entrenador, de pensar que aquello que es fácil para mí tiene que serlo para todos. Los entrenadores o profesores tenemos el conocimiento, los niños sólo tienen información que han de gestionar y transformar. Dinámicas correctoras y ruedas comunicativas, que diría Antonio Pérez Caínzos (¿cuántas veces?. Las que hagan falta!!!), y no castigos e imposiciones que no funcionan. Basta ya de líneas y flexiones o escaleras. No es necesario gritar las cosas para hacernos entender. Que los niños se sientan valorados y quieran volver mañana con más conocimientos y con más ganas de aprender.
El deporte, cualquier deporte, es sólo un juego al que se juega. Pero para muchos chavales es su pasión. Alimentémosla!!!.
¿Y tú porque juegas? Juego porque me gusta. Brad Pitt, en una reciente entrevista por su última película donde se va al espacio en busca de su padre desaparecido, comenta que de los padres recibimos buenas lecciones: "de niño yo jugaba al tenis y me creía muy bueno. No lo era y me enfadaba cuando las cosas no salían como quería. Un día en un partido que iba perdiendo tiré la raqueta al suelo y empecé a pisotearla. Mi padre vino hacía mí y en lugar de reñirme, me dijo: Hijo, ¿te diviertes?. Le contesté que no y simplemente me respondió: ¿Entonces por qué juegas?...
"Los entrenadores son básicos para sacar a la luz el potencial del triatleta, pero hay un aspecto como la motivación que, aunque debe ser empujada a veces, debe salir de uno mismo. La motivación viene de cada uno de nosotros. Hay momentos en los que es necesario que el entrenador te motive, claro, momentos en los que uno no está bien. Es muy importante tener a alguien capaz de sacarte de ese bache, pero tienes que hacer esto porque te gusta. Si te están empujando demasiado igual te están engañando y es mejor que te dediques a otra cosa, para que vas a estar volviéndote loco con algo que realmente no te gusta. Esto lo haces por la pasión y por disfrutar de ello". Mario Mola
No puede ser que dejemos de hacer lo que nos gusta porque alguien nos lleve a ello, la decisión ha de ser nuestra. Los chavales, más allá de recompensas externas, lo que ganan de verdad son conocimientos sobre el juego que generan confianza y aumento de la autoestima, ganan motivación para seguir aprendiendo, ganan disfrutar porque, de momento, el deporte es su pasión y no su trabajo (ay de ellos como pierdan la pasión en algún momento)
"No es el más fuerte el que llega primero, sino el que más disfruta con lo que hace". Kilian Jornet.
¿Quiere todo esto decir que no se les debe exigir... demasiado?. Hay que exigirles aquello para lo que estén preparados y animarlos a superar sus límites porque también se lo vamos a exigir cuando estén listos para ello. Evolución desde la motivación. Hay que tener bien presente que ganar no es el objetivo. Si te gusta el deporte de verdad no estás pensando constantemente en ganar o perder, sino en cómo podemos hacerlo mejor la próxima vez, ser competitivos en la medida de nuestras posibilidades y disfrutar del camino.
"Si para ganar carreras tengo que dejar de comer chocolate, bienvenidas sean las derrotas". Kilian Jornet.
Tengo una niña de 13 años en clase. Infantil de 2º año. Juega al baloncesto. A finales de agosto tuvo una lesión de rodilla importante, microrotura de ligamento lateral interno. Después de la resonancia para saber el alcance de la lesión, el parón obligado con la consiguiente pérdida de tono muscular y desconociendo por mi parte los plazos de recuperación de una lesión así, esta niña, con el alta recién en la mano, está entrenando 3 días y jugando 35 minutos el fin de semana en un partido que ganan de KO (es cuando la diferencia en el marcador alcanza los 50 puntos y se deja de anotar). Y yo en clase no dejándole hacer ciertos ejercicios que considero que no son adecuados para ella de momento!!!. ¿Es esto cuidar a los deportistas?. En mi opinión, no.
Ojalá el cuento del que antes hablaba fuese un cuento, pero era la realidad en aquel momento y poco ha cambiado desde entonces. Moraleja: cuidado con los huevos que corres el riesgo de que se rompan. Si los cueces a fuego lento se vuelven fuertes y los efectos se hacen duraderos.
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