Una historia de España. Así comienza una serie de artículos, hasta 92, que Arturo Pérez Reverte publicó durante cuatro años en su sección, Patente de Corso, del suplemento XL Semanal. De hecho, se ha publicado un libro que recoge la serie entera. En ella, repasa la historia de España desde los orígenes hasta la Transición contando la verdad de lo ocurrido a su manera, es decir, diciendo lo que piensa pero pensándolo todo siempre. Y al contrario que Groucho Marx con aquel: "estos son mis principios, y si no le gustan, tengo otros" yo creo que Pérez Reverte es más de: "estos son mis principios, y no, no tengo otros" Coherencia, coherencia siempre con argumentos, o con fundamento, que diría Arguiñano. Quiero pensar que también con una pizca de flexibilidad si los argumentos del que tiene enfrente son convincentes, porque el diálogo debería ser un principio inquebrantable presente en el repertorio de principios de todos y cada uno de nosotros.
Me gusta Pérez Reverte. Me gustan sus libros, su manera de escribir y que, pese a quién le pese, llame a las cosas por su nombre porque crea que eso es lo correcto, aunque políticamente no lo sea tanto. En eso se parece mucho a un triatleta o multideportista, reconvertido a periodista, que no deja indiferente a nadie en sus retransmisiones en Eurosport sobre ciclismo, atletismo, triatlón, biatlón... y cuya pasión queda patente en las apreciaciones que hace, la mayoría de las veces, en mi opinión, correctas. Antonio Alix escribía una columna en la desaparecida revista Finisher Triatlón que llevaba por título: "Con pelos en las piernas, sin pelos en la lengua" Cristalino.
Tanto uno como otro, demostrado queda, son hombres de acción. No son de aquellos que van por el mundo sin enterarse de nada; tampoco son de los que se enteran pero no hacen nada, sino que son de los que se enteran, por experiencia personal e investigación en la materia, y toman cartas en el asunto. Yo quiero ser de estos últimos pero no me dejan, más bien no me dejo yo mismo por las consecuencias que puedan afectar a terceras personas. Sin embargo, no creo que nada pase por dar una opinión fundamentada, correcta y aportando soluciones, implicándose de alguna manera en el cambio que creo se necesita porque, si yo cambio, todo cambia, o al menos, intentarlo con la perspectiva que los que tienen la capacidad de actuar puedan tener del problema.
Debate no es lo mismo que diálogo. En el debate hay dos posturas enfrentadas donde cada una de las partes intenta imponer a la otra su manera de ver las cosas. Hay que ganar e imponerse porque mi manera es mejor que la tuya. En el diálogo sin embargo, hay un objetivo común al que se puede llegar de diferentes formas y se ponen sobre la mesa las distintas opciones, sus ventajas e inconvenientes, diseñando un plan de acción que aúne lo mejor de ambos caminos buscando el éxito.
El título de la entrada de hoy, por el que espero no me acusen de plagio sino de querer rendir un pequeñito homenaje al buen hacer de Pérez Reverte, me viene perfecto porque no es la primera vez que tocamos el tema, tampoco la número 93, pero seguro que no ha de ser la última. De hecho, últimamente nos da en casa más de un quebradero de cabeza.
Este sábado leía en el diario As un artículo sobre un integrante del cuerpo técnico del equipo de fútbol Fundación Málaga CF que disputa la Liga Genuine Santander. Esta liga, donde este chico presta sus servicios de manera desinteresada, es para jugadores con algún tipo de discapacidad. No me gusta el significado que se le da a la palabra en estos casos porque se refiere a que no cobra por sus servicios, como si el fin de todo fuera monetario. José Ángel Romero tiene muy claro cuál es la recompensa, las muestras de cariño de los jugadores con los que comparte su pasión por el fútbol y por el Málaga: "si me pagaran por esto no lo haría. Estas cosas tiene que salir del corazón"
Después de leer el artículo cambié mi estado del whatsapp: "el fútbol de la Liga Genuine Santander tiene sus propios valores. El principal, la solidaridad... hay chavales con menos discapacidad que juegan mejor. Nuestra tarea es intentar que ayuden a los que no pueden llegar a un pase o hacer gol, es en lo que más hincapié hacemos... esto se trata de seguir sumando siempre, y es lo que yo trato de hacer" Además de escribir esto, lanzaba una pregunta: ¿por qué no hacemos esto mismo en el deporte, digamos, "normal"? Es curioso que los que menos tienen o, los que más dificultades presentan, sean en ocasiones los que nos muestren el camino a seguir, aquella senda que posibilita que todos tengan la opción de cumplir sus sueños. David Casinos es un atleta paralímpico lanzador de peso y disco que dice que "todos los días sale el sol y si no lo hace ya me encargo yo de que salga" David Casinos es ciego, pero vaya si lo tiene claro. Mi hijo viene de "jugar" en un "equipo" de baloncesto donde solo jugaban 6 a los cuales se les permitía errar, y los demás jugadores estaban para que esos 6 pudiesen entrenar durante la semana y jugar el finde porque necesitas al menos 8 fichas. Y cuidadín con fallar eh, que al fondo del banquillo siempre hay sitio. Sí, es mi hijo y claro, quiero que juegue me dijo el entrenador cuando le pedí que tratara a todos de la misma manera para que crecieran como deportistas y como personas válidas y seguras de sí mismas, sacando el máximo partido del talento y habilidad de cada uno de ellos, aprovechando la actitud, corazón y voluntad que traían de serie porque amaban su deporte como nadie. Como dice Denzel Washington en una escena de "Titanes, hicieron historia": "tratándolos así los mutilas"
En las jornadas de puertas abiertas para la cantera de un club que milita en Liga Endesa, me encontraba con esta coletilla final:
Bueno, puedo llegar a entenderlo porque se trata de baloncesto, pero me cuesta, muuucho!. Venga, que tontos no somos y sabemos lo que queréis decir. Tenemos un problema de altura que mutila a todos aquellos que no se sientan lo suficientemente "especiales". Y tenéis un problema de altura porque os estaréis perdiendo a muchos chavales que sin ser, "altos", sean especiales en fundamentos, actitud y pasión por el juego. Si es jornada de puertas abiertas, ¡abrirlas de par en par ca----!, y ya luego veremos. Estos últimos días se están disputando las famosas ventanas Fiba para la clasificación del próximo Mundial de baloncesto. Sergio Scariolo, entrenador de la selección, ha llamado a Ferrán Bassas con su escaso 1.80. Scariolo ha demostrado altura de miras conocedor del potencial de Bassas. ¿Y si la escasa altura de Bassas es la fortaleza y el carácter diferenciador que lo hace gran jugador?
Víctor Wembanyama es lo que en la NBA, donde será el número 1 del próximo draft seguro, llaman el gran unicornio, aquel jugador que todos los equipos quieren tener en sus filas. Algunos incluso están dispuestos, aunque no lo digan, a perder partidos para tener una mejor opción de elección en el draft. 2,21 y 2,31 de envergadura, 18 añitos, un junco de lo flaco que está; pero los juncos son flexibles, fuertes y resistentes, dominio excepcional de los fundamentos, del juego en todas sus vertientes... un crack. ¿Recordáis aquello de "Si quieres, puedes" de hace un par de entradas? Con Wembanyama tenemos una nueva versión, "si quieres, y te dejan, puedes" Ha demostrado en la cancha que puede, que quiere, y se ha ido por elección propia a un equipo más modesto donde le van a dejar seguir creciendo como jugador y exigirle lo justo y necesario para un chico de su edad y talento. Cuando comprenden las necesidades individuales dentro de un colectivo, se alimentan la ilusión y las ganas de devolver el esfuerzo que hacen por ti. No va a jugar competición europea, solo un partido por semana con pocos desplazamientos, lo que implica más días de entrenamiento que es lo que necesita. Ha dado un paso atrás para calzarse las botas de siete leguas y crecer firme como jugador. Va a hacer mejores a sus compañeros porque sabe que los necesita para crecer él también. Es una simbiosis perfecta porque todos ganan, Ubuntu! Y todo el mundo alaba su decisión entendiéndola como correcta aunque, a la hora de la verdad donde priman otros intereses, seguro que pocos estarían dispuestos a tomarla por él o de común acuerdo con él. En España tenemos el ejemplo de Juan Núñez que cumplidos los 18 años se ha ido a Alemania, ha dejado el Real Madrid donde no era seguro que fuera a tener minutos (menos con el fichaje del Chacho, las especulaciones de la vuelta de Campazzo y la recuperación de Alocén) y se ha enrolado tres años en un club donde le garantizan seguir evolucionando. Chapeau! chaval, la madurez no se demuestra solo en la cancha de juego, también en la cancha de la vida.
Víctor Wembanyama
Desgraciadamente, en la historia reciente de España o, en la que a mí, como padre de jugador de baloncesto me ha tocado vivir, lo importante es ganar el próximo domingo. Es una pena que en el deporte "normal", en el que muchos trabajan "desinteresadamente", los logros se midan por los partidos ganados en lugar de jugadores formados de los cuales el próximo entrenador que los prepare diga: "que maravilla de trabajo han hecho con este chico" La recompensa debería estar, como dice José Ángel Romero, en "las constantes muestras de cariño de los jugadores" Pero no hay número capaz de medir el cariño. El cariño se siente, se palpa en el ambiente, en la complicidad de los entrenamientos, en preocuparse por los demás, en ser un equipo. Ubuntu!
Luka Doncic. Otro crack de la cantera del Madrid. Sale hasta en la sopa con jugadas impresionantes todos los días, todas las semanas... aburre ya de lo bueno que es. Pero tío, es que juegas tú solo. Casi 40 minutos de media en lo que va de temporada. Te lo juegas todo y más, algo tiene que salir de eso para salir en las mejores jugadas de la jornada una y otra vez. A Doncic lo entrena otro crack, uno de los mejores bases de la historia, Jason Kidd, integrante de la selección USA en los Juegos de Pekín donde ganaron el oro ante España en una final alucinante. Estados Unidos venía de perder en los juegos de Atenas 2004 contra Argentina y en los Mundiales del 2006 contra Grecia, a la que barrió España en la final en Japón. Humillante que le comieran las papas otros equipos en teoría inferiores. Esa fue la clave, los americanos entendieron que los otros eran un equipo y ellos tan solo una banda donde cada uno desafinaba, entendieron que tenían que cambiar y arremangarse, dejar el ego a un lado y ayudar allí donde el compañero no llegaba. Y ganaron. Jason, tienes un documental en Netflix, "El Equipo Redentor" en el que admites que cuando fuisteis todos a una los planes salieron bien. No has aprendido nada en 15 años tío, rodea a Luka de un equipo donde él sea la punta de la lanza que todos empujan en la misma dirección.
Luka Doncic y Jason Kidd
Bueno, no todo va a ser malo. De hecho, incluso de las malas experiencias, acabas sacando cosas positivas por lo que no es malo del todo. En la corta carrera deportiva de mi hijo, corta por lo que lleva no por lo que espero le quede todavía si es que le dejan, ha tenido la suerte de tropezarse con grandes entrenadores que le han mostrado el deporte como debe ser. Uno de ellos es Dan Petts que viene de un país, Inglaterra, con poca solera en esto del basket si nos atenemos a los resultados del fin de semana. Sin embargo, él ha entendido perfectamente cuál es el modo correcto de transmitir su pasión a los chavales y lo hace de maravilla, los chavales lo siguen y aceptan su modo de entrenar porque es el correcto. Y como a todos nos gusta que nos digan también lo bueno, así se lo transmitía un día que fui a visitar al hospital a Luis Forés, otro gran coach que sufrió un accidente de tráfico del cual se recupera bien. Como no podía ser de otro modo, después de un poco de charla hospitalaria y de algún bombón, Dan, Forés y yo sacamos la vena deportiva que es donde nos sentimos cómodos y, después de arreglar un poco el mundo, les dije que mi hijo había tenido la suerte de disfrutar de dos grandes entrenadores como ellos, por conocimientos y metodología humana. De hecho, a la pregunta de Dan de sí Matías seguía en el equipo, le contesté que no, que habían hecho las cosas muy mal y que el único modo de seguir era si al pasar a junior él iba a ser su entrenador. No puedo entender que en los equipos grandes, donde se supone hay materia prima de calidad y entrenadores versados en la tarea, no se hagan las cosas correctamente. Los patrocinadores deberían exigir más por sus aportaciones que el mero hecho de salir en la camiseta, y comprobar que los valores y objetivos por los cuales se unen al nombre de un determinado club, se cumplen más allá de los resultados deportivos.
Os voy a poner dos ejemplos, chicas, de grandes entrenadoras sin ellas saberlo porque no se dedican al deporte, pero que atesoran todas las características que para mí tiene que reunir un buen entrenador. Gloria regenta una zapatería en Santiago, esquina de Doutor Teixeiro con Plaza de Galicia. Con nosotros tiene buena relación de hace tiempo y nada más entrar te saluda afectuosamente, nos ponemos un poco al día y luego ya viene el que necesitas, que estás buscando, tengo esto que no se ajusta pero te puede ir bien... no te sientes obligado a nada, no sientes la presión del tener que comprar que transmiten en otros lados, estás cómodo y disfrutas de la experiencia de comprarte unos zapatos. Si estás un rato en la zapatería y entran clientes, ves como la atención que les presta es exactamente la misma que contigo a pesar de que la relación entre nosotros sea diferente. Gloria sabe que a Matías le tira el basket y siempre nos pregunta cómo le va, y es que su hijo es entrenador de baloncesto en Inglaterra en el Leicester Riders desde hace unos cuantos años. Estoy seguro que parte de lo buen entrenador que sea es influencia de su madre porque, sin saberlo, el ejemplo de gestión humana lo tuvo en casa. Los conocimientos sobre la materia ya fueron solo cometido suyo y, por lo que veo, supo aprovecharlo, Go Riders!!!
Segundo ejemplo. Cuando pasamos por el Corte Inglés de Santiago nos gusta comprar en EDC y en Esprit. Pero no decimos vamos a EDC, decimos: ¿pasamos por donde Marta? Con Marta no hay fallo nunca, sabe lo que quieres incluso antes de tú saberlo porque te conoce, sabe que estilo prefieres, te invita a probar cosas que en principio no te pondrías, esa talla no te va, esto te va con esto otro, para salir eso y para informal esto, te saca la tienda entera si hace falta y, al igual que Gloria, sin compromiso de ningún tipo, tan solo el de que te marches satisfecho y convencido. Yo incluso voy solo de compras, no tengo más que decirle: Marta, ¿qué tienes para Ana que le pueda gustar? Eso se llama confianza. Una entrenadora del copón, vamos.
Dicen que se compite como se entrena pero, ¿cómo competir con ilusión si entrenas sin ella? Os dejo una canción de BB King, How blue can you get? porque me gusta mucho BB King, me gusta el Blues, y blue en inglés es, además de azul, triste. Y así andamos de momento; un poco tristes, perdidos, faltos de ilusión pero buscando siempre el norte, que brujulear no se nos da mal en casa.
Scariolo, tengo un junco en casa de 1,80 escaso con unas ganas tremendas de que le dejen demostrar el corazón enorme que le late dentro. En las próximas ventanas pásate por Noia, que la fortaleza de carácter, si se cultiva bien, es lo que hace especiales a los grandes jugadores.
Invito a café en el Manducka si alguien sabe quién era apodado el Junco de Bérriz. Pista: no es jugador de baloncesto.
🚵 Lejarreta … En Navidades tomamos ese café 😉☕️
ResponderEliminarSoy Alix, joder que ilusión que me hayas citado. ¡gracias! Iré leyendo tu blog
ResponderEliminarGracias a ti por tu manera de entender y transmitir el deporte.
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