sábado, 8 de marzo de 2025

¿CÓMO ERA LA PALABRA? AH, SÍ... RESPETO.

"Y hubo tanto ruido, que al final llegó el final" canta Sabina. Pero lo cierto es que, a pesar de "tanto, tanto ruido", hay un tipo de situaciones para las que no llega el final y se repiten con asiduidad. Quizá porque no se hace lo suficiente, quizá porque no se hace nada pero, lo que es seguro, es que ya vamos tarde, y lo que puede ser peor, que solo lo sepamos después.

"Perdón por llegar tarde, perdón por no avisar y por no haber sido capaces de transmitir de manera eficiente que sin respeto nada de esto tiene sentido", señala la FGBM en su comunicado, en el que también pide disculpas por "no lograr que quien legisla y regula, por lo menos intuya que lo que hay no llega". Así se expresa el presidente de la Federación Gallega de Balonmano por el fallecimiento del abuelo de un joven árbitro tras 2 meses en coma, luego de sufrir una caída por un empujón durante un partido de cadetes o juveniles (que más da eso ya) que su nieto arbitraba y cuya labor no gustó a algún desalmado.

"Ruido mal nacido, ruido tan oscuro, puro y duro ruido..." Eso es lo que debió escuchar y sentir una chica cuyo único delito es ser árbitra de futbol, y cuya pena fue ser silbada e insultada de manera ruin por aceptar el compromiso de intentar hacer su labor de la mejor manera posible, de la mejor manera que sabe hoy, porque todavía está aprendiendo, porque todavía tiene 13 años.


istockphoto.com

Nada nuevo de todos modos. Pero las cotas de mezquindad están alcanzando niveles demasiado altos porque hemos normalizado lo que a todas luces no se puede normalizar. Un puñetero partido de prebenjamines en el que responsables del equipo, ¡¡¡jugadores!!!, y padres, menoscaban vilmente la autoconfianza de una niña de 13 años infundiéndole un miedo atroz. Por favor, que a un partido de estas características los únicos que van a verlo son precisamente padres y familiares, que deben ser el espejo en el que los hijos, que están en el campo, se vean reflejados. ¿Cómo era la palabra? Ah, sí... RESPETO. 

Hace un par de semanas expulsaban a Roberto Iñiguez, entrenador del Uni Girona de Liga Femenina Endesa, por protestar de manera desmedida, furibunda diría yo, las decisiones del árbitro en el partido contra Valencia Basket. Asustados quedaron en el pabellón al verlo saltar a la cancha y encararse con el colegiado, tanto, que a una atónita Laia Palau le costó pararlo, porque de calmarlo no fue capaz. Siete partidos de sanción le han caído, que a los dirigentes del club le parecen desproporcionados por los hechos que incluye el acta, que no recoge insultos ni agresión que justifiquen la sanción. Pues lo siento señores pero, a buen entendedor pocas palabras bastan y, si han visto las imágenes, pocos partidos me parecen. Penosa justificación la suya tirando del mismo reglamento que no se ha tenido a bien respetar. Lo único y honorable que queda es acatar la sanción y, como declara Roberto Iñiguez más tarde: "la reacción es totalmente inadecuada. Pido excusas, sobre todo, al equipo, con el que ya he hablado, a mi staff, al club y a la gente, al público, porque es algo que debo controlar, porque creo que tengo la experiencia para hacerlo" Ahí tenía que haberlo dejado y no intentar justificarse a continuación en el arbitraje, a su entender, favorable a Valencia Basket. Una acción así no tiene justificación alguna, precisamente porque experiencia entrenando la tiene y porque no es la primera vez que, como narra el comentarista, pierde los estribos. "Es un tema para aprender" Con estas palabras termina su intervención Roberto Iñiguez analizando el partido y los fallos que su equipo había cometido. Y yo me pregunto, ¿qué hemos aprendido de todo esto? Si veis el video que os dejo más abajo con los hechos, podréis observar en la publicidad dinámica a pie de pista la campaña Basket Girlz, una acción que la FEB pone en marcha para evitar que las chicas dejen la práctica deportiva del baloncesto a una edad temprana. Cierto es, que hablamos en este caso de baloncesto de ganar, que es el baloncesto al que los chicos y chicas sueñan en algún momento con llegar, por lo que con arrebatos como este más bien desaprendemos aquello que ya debería estar grabado a fuego desde hace tiempo, y que probablemente, el mismo Roberto Iñiguez haya trasmitido a sus jugadoras de una manera que no es la que él ha expresado en la cancha. Seguimos, como no, hablando de RESPETO.

No hace mucho, leí un artículo de opinión en la voz de Galicia que decía que en el fútbol de niños lo más importante no es pasarlo bien. Con lo de niños se refiere al fútbol base, aunque también hace mención a la estatura de los mismos y pone algunos ejemplos que dan a entender que habla de niños muy pequeños, los cuales solo imitan lo que ven; en casa, en la calle, en la tele... Con 7 u 8 años nada es lo más importante y, al mismo tiempo, todo lo es para que el aprendizaje sea lo más significativo posible. 

Claro que pasarlo bien es importante, y a estas edades, si me apuras, lo más importante, porque lo único que tienen estos chavales es ilusión y tenemos que contar con ella para que aprendan. Y cuando aprendan y dominen los fundamentos técnicos, tácticos y reglamentarios, más se divertirán ganen o pierdan, porque a ganar y a perder también se aprende y uno puede divertirse independientemente de que pase una cosa o la otra (curiosamente creo que empatando nadie acaba contento). Por lo tanto, para mí, la mejor manera de aprender es divertirse con lo que uno hace, y si para ello hay que unirse a un chaval que se pone a bailar una canción de Rosalía en el campo en lugar de atender al juego, pues adelante. El compromiso, la actitud y la intensidad, ya vendrán después cuando el nivel de madurez de los chavales alcance a entender que su deporte, ese que los enganchó a base de pasarlo bien, requiere de unos aspectos hasta ahora desconocidos pero que marcarán la diferencia a partir de entonces. Y en ese momento, también le encontrarán el gustillo de pasarlo bien a base de nuevos retos. Conozco a una chica que ha dejado un deporte que le encantaba (y que se le daba muy bien) por las exigencias que le suponía, exigencias tempranas que han hecho que se anime con otra disciplina, que seguro también le exige pero le permite seguir divirtiéndose. 

Oye, va a ser que estos árbitros a los que silban tanto para que "silben mejor", no deben tener derecho a divertirse y por eso lo hacen tan mal. ¿Sabéis cuál es la manera que los árbitros tienen de divertirse en el deporte base? Enseñando su deporte, el respeto por su deporte de todas las maneras posibles: por las reglas, por los rivales, por los compañeros, por el público... Hay un árbitro en la máxima categoría española, imagino que no será el único (pero como ya sabéis hablo de lo que sé y lo que la experiencia me enseña) que cuando lo llaman para arbitrar partidos de niños, algo que suele ser habitual porque no sabe decir que no, su manera de actuar es un espectáculo digno de ver; es un ole, ole y oooole!!! El que no aprende en uno de sus partidos, además de pasarlo bien, por supuesto, es porque no quiere. Espectacular Jacobo Rial Barreiro, árbitro de basket, pero eso es lo de menos. Podría ser árbitro de cualquier otra cosa que, me apuesto lo que sea, actuaría de la misma manera. Supongo que de pequeño le enseñaron bien el deporte y ahora él hace lo mismo, a su manera, y cada vez que tiene oportunidad.


El Correo Gallego

"Lo bueno de leer libros antes de enfrentarte a la vida es que luego, cuando la vida llega, todo te suena de algo" escribe Pérez Reverte en su última columna del XLSemanal. Noticias, redes sociales, artículos de periódicos... blogs, para nada son como los libros pero sí creo que pueden prepararnos para que, cuando la vida llegue, todo nos suene de algo, para que cuando nos encontremos en la tesitura de situaciones como las que denunciamos hoy aquí, pensemos todo siempre antes de actuar porque somos libres de decidir marcar la diferencia comportándonos como personas o energúmenos. Nuestra conducta puede conseguir "que no haya una epidemia de tristeza en la ciudad, que no se borren las pisadas, que no se apaguen los latidos...", que no haya pérdidas personales que lamentar, que valientes chavales no terminen su carrera de colegiados antes incluso de empezarla. Un poquito más de empatía estaría fenomenal, ponernos en el lugar del otro. Pensad que al contrario que la mayoría de jugadores de balonmano, fútbol o baloncesto, que trabajan con un índice de éxito bajo o muy bajo, los árbitros aciertan más que fallan, pero claro, solo nos acordamos de ellos cuando nos perjudican. El problema no lo tienen los árbitros, lo tienen aquellos que los pitan al mínimo fallo, ese que tienen derecho a cometer porque somos humanos y tomar decisiones en un instante es muy complicado, ese que analizan más tarde y trabajan sobre él para que no se vuelva a repetir. Es una cuestión de... sí, eso es, de RESPETO.

Los chavales tienen que entender y respetar el papel que cada uno cumple en el desarrollo de nuestro deporte favorito y, para ello, los que enseñamos tenemos que hacerlo mucho mejor.

"Los niños árbitros son imprescindibles para los partidos y son el futuro del fútbol. Son valientes, muy valientes. Estudian y van a clase todo el año para sacar el titulo y seguir aprendiendo, son unos apasionados del fútbol y del deporte y son extraordinarios, defiende. Y las niñas, si me apuras, más extraordinarias todavía, añade. Debería haber en los campos de fútbol una autoridad. Ya sea policía o personal de la Federación que vele por el correcto desarrollo de los partidos desde el respeto y la educación. Porque en los partidos (de mayores) hay policía, pero energúmenos hay en todos los campos. ¿Por qué en unos sí y en otros no?

A mi hija le digo que la quiero ver sonreír cuando saca una tarjeta roja igual que cuando se alegra porque un equipo que está arbitrando marca un gol y se revuelcan como cachorritos por el suelo. Te quiero feliz y te quiero valiente. Sigue Raquel, sigue. Mi obligación y la de papá es la de cuidarte y protegerte y ayudarte a cumplir tus sueños. Y ahí estaremos siempre"

Para enmarcar el valiente alegato de la madre de esta árbitra. "Y las niñas, si me apuras, más extraordinarias todavía..." Y no porque hoy sea 8 de marzo, día de la mujer, sino por todas aquellas barreras que han tenido y aún tienen que derribar, desafíos que Sara García Alonso, bióloga molecular y candidata a astronauta, aborda en su libro Órbitas y casan perfectamente con el paisaje que las mujeres se encuentran en un mundo masculinizado como el del arbitraje en el fútbol: "búsqueda de la identidad, la libertad para tomar decisiones, la valentía de desafiar lo establecido, la expansión de los límites físicos y mentales, y el peso de las tradiciones" Revista YES.

Termino con algo que no tenía planificado pues la entrada estaba lista, pero como dice un buen amigo entrenador de basket: "si tienes el balón toca libertad, si no lo tienes toca disciplina" Así que agarro el balón, las teclas en este caso, y con la libertad que ello me otorga, voy a decidir incluir parte de la letra de la última canción de Leiva que canta con Robe Iniesta. Sé que el tema habla de la importancia de cuidar la salud mental, de la depresión, "el que la lleva la entiende" dice Leiva. Su título define de alguna manera, al menos para mí, la situación decadente que cada fin de semana se vive en los campos y canchas de juego del deporte que sea, y que los árbitros entienden porque la llevan consigo y la sufren en soledad. Difícil ser optimista y pensar que las cosas van a mejorar cuando vamos en "Caída libre"

"Hoy, hasta las moscas me pasan de largo

¿Será que algo les huele mal?

El griterío de mis pensamientos a toda velocidad

Hasta los huevos de esperar un milagro

Cansado de avanzar marcha atrás"


Raquel, joven colegiada de tan solo 13 años, a tope con lo tuyo y los demás que influyan en tus decisiones lo que tú libremente decidas dejarles. Optimistas quizá no, pero positivos podemos serlo quedándonos con lo bueno; de lo malo, nada. 


Nota: Todas y cada una de las veces que de diferentes formas utilizo la palabra diversión, en realidad hablo de disfrutar, que me parece más adecuado en lo que a deporte se refiere. 

Ruido: canción de Joaquín Sabina.


martes, 14 de enero de 2025

¿QUÉ FUE ANTES, EL TALENTO O EL TRABAJO? EL TALENTO, ¿CÓMO NACE?

Como muchas otras veces, en realidad como casi siempre, la entrada de hoy nace de varios estímulos que me llegan por diferentes canales. Se mezclan en mi cabeza cual ingredientes en una receta de Jamie Oliver, esperando no flipar demasiado con las palabras y, de hacerlo, al menos que sea en colores. A ver lo que sale, pero ya sabéis, solo es una opinión, una verdad relativa susceptible de darle una vuelta de tuerca si la crítica es constructiva y con fundamento. 

¿Qué fue antes, el huevo o la gallina? ¿El talento o el trabajo? El talento, ¿cómo nace? No creo que el talento se presente un día en la puerta de casa y te diga: "hola, ¿cómo estás? Vas a ser la caña en esto, porque tú lo vales..." No, que va. Yo creo que el talento es como las oportunidades; no llegan, hay que "salir" a buscarlas. Aunque tú, en un primer momento, no sepas ni lo que es el talento y, mucho menos, que estás en el camino/proceso de encontrarlo. 

El talento, el de verdad, ese cuando eres chiquito, nace del trabajo cuando este se disfraza de diversión. Asoma la cabeza de manera inconsciente porque no lo buscas (eso vendrá más tarde) son otros los que se dan cuenta porque tú, lo único que haces es pasarlo bien con la pelota, la bicicleta, nadando en el río, jugando al pilla pilla... si "sales", claro, a pasarlo bien con la pelota, la bicicleta, nadando en el río, jugando al pilla pilla...


Davila 2017

Es muy frecuente leer en prensa a exdeportistas, exfutbolistas sobre todo, decir que ya no se juega en la calle como antes, que los chavales van al club una hora tres días por semana a que les enseñen a jugar, que ese es todo el tiempo de práctica, que antes tú ibas aprendido y en el club te modelaban un poco más... "Ninguna academia ha sido capaz todavía de reproducir lo que enseñaba la calle" comenta Jorge Valdano, algo que también suscriben Scaloni, Aimar, Milutinovic.... y cuya máxima expresó Johan Cruyff con aquel: "el fútbol en la calle debería ser una asignatura obligatoria en horario escolar" 
Voy más allá; ni todavía ni, en los tiempos que corren, nunca, la academia ocupará el lugar de la calle. Uno, porque ya no hay calle para jugar como antes (ni espacio, ni tiempo, y hay muchas más opciones de "perder" ese tiempo) Y dos, porque las academias tienen un componente "académico" que resta al componente diversión que ofrecía la calle. Y además se paga por ello, con lo que hay una responsabilidad con los niños para enseñarles (buena responsabilidad), y una responsabilidad aún mayor con los padres (mala responsabilidad porque no es con ellos con quién tenemos que adquirirla sino con los niños) que "exigen" que sus hijos aprendan fútbol, baloncesto, voleibol... quieren resultados, cuando los niños lo que quieren es "jugar" a fútbol, baloncesto, voleibol... Y ojo, jugar no está reñido con aprender y mejorar. Antes, en la calle, la responsabilidad de aprender recaía en uno mismo, y cumplías si querías jugar. Con la responsabilidad de tener cuidado con el mobiliario, con los cristales de la casa del vecino, con jugar allí donde no estaba permitido... bueno, digamos que a veces cumplías y muchas otras veces no. ¿Pero sabéis qué?, eso también lo aprendimos. Por las malas la mayoría de las veces y ya nunca se te olvidaba.

Con el tema de las responsabilidades de enseñar y aprender, que parece que recae solo sobre los hombros de los entrenadores, hay una anécdota de Toni Nadal que ilustra muy bien una situación que se da muy a menudo. Cuenta que en una ocasión un padre le cuestionó su labor como entrenador; "a ver que le enseñas a mi hijo que no aprende nada" A lo que Toni respondió: "entre lo que yo enseño a tu hijo, y lo que él aprende, hay una gran diferencia", haciendo referencia a la falta de actitud y compromiso por parte del alumno. Me atrevo a decir que, esa falta de actitud y compromiso que muestran algunos y que deriva en un mal aprendizaje, viene en ocasiones como consecuencia de la falta de experiencia en la materia. Estoy seguro que para muchos es su primera vez porque hay que "apuntarlos" a alguna actividad, y no hay ese "trabajo" previo de descubrimiento del talento que motive a los chavales, trabajo previo que antes traías de serie al llegar a la academia porque lo aprendías en la calle.

Hay un párrafo de un artículo de The Conversation, "¿Qué significa realmente ser "bueno" en el deporte infantil", que me puede servir como punto tres de por qué las academias no reproducen lo que enseñaba la calle: "el deporte de formación debe permitir que todos y todas tengan la oportunidad de disfrutarlo, y si priorizamos los resultados se termina sacrificando la alegría de hacer deporte. Cuando los clubes, entrenadores y padres consideran que lo más importante es ganar la competición, la mayoría de los niños empiezan a no disfrutarlo" 
Cierto, y ya lo hemos dicho alguna que otra vez, que nadie juega para perder, pero eso no quiere decir que lo más importante sea ganar. Todo deporte es un juego al que hay que jugar, y ya luego si ganas, fantástico. Os aseguro que, si en algún momento lo estáis dando todo, es porque no hay nada, excepto tú mismo, que te obligue a ello, y en eso, la calle, gana por goleada a la academia.

Yo, como profesor de Educación Física y aunque a mí los chavales ya me llegan creciditos, tengo claro que mi cometido, en lo que al deporte se refiere, es mostrar en que consiste cada disciplina de las que imparto e intentar despertar el interés de los chavales para que la lleguen a practicar fuera de las horas lectivas en el club que corresponda. No es la calle, tampoco la máxima de Cruyff, pero intento hacer ese "trabajo" de descubrimiento del talento, que como ya sabéis, no siempre se trata de una habilidad o técnica, sino más bien de que se den cuenta que el deporte es divertido y también está hecho para ellos, que no estaría nada mal adquirirlo como hábito, y ya luego, si la cosa se da bien, decidir libremente si desarrollamos ese talento con actitud, compromiso y valentía.

Hace 12 años, en una entrada que lleva por título "El deporte, medio y fin en si mismo" escribía lo siguiente:

"El deporte ha estado siempre muy presente a lo largo de mi vida. De hecho ha sido uno de los pilares fundamentales sobre los que cimentar decisiones y conductas que luego han marcado el devenir de los años.

Los recuerdos que tengo de mi infancia son de estar mucho en la calle. En mi época no había problemas por eso. Teníamos lugares de sobra donde pasar un buen rato sin temor a que nos sucediera nada malo, y si algo pasaba, solía ser porque tomábamos riesgos innecesarios de los cuales muchas veces no éramos conscientes. Teníamos muchos espacios abiertos donde improvisar partidos, de fútbol principalmente, alejados del tráfico rodado -antes no había tantos coches y no corrían tanto como ahora- Recuerdo con especial cariño la huerta de Ernesto -ahora rúa da Santísima Trinidade-, menudo campo de fútbol que teníamos allí montado. La Pedrachán, el muelle Marqués, el Espíritu Santo, o Monte do Bolo...la lameda, que no alameda. Salíamos cada tarde después del colegio a pasar un buen rato y el fin de semana sólo íbamos a casa a comer, para continuar luego hasta la cena. Los domingos, en mi caso, tocaba deporte de salón con Estudio Estadio de mañana y Estadio 2 de tarde, si mal no recuerdo. En este tiempo el deporte era un medio del que nos servíamos para juntarnos y disfrutar de amenos ratos. Con el tiempo y animado por varios amigos comencé a practicar atletismo..." 

En mi caso, y en el de todos por aquel entonces, cuando llegabas a la academia lo hacías con un bagaje deportivo enorme que adquirías en la calle sin ser consciente de ello, pero que hacía saltar el talento en cuanto te ponías a la tarea, cuando, sin dejar de jugar, "jugabas" un poco más en serio.


Alex Yee, Campeón Olímpico y Mundial de Triatlón, en Marca

Ahora, pasados los años si echo la vista atrás, puedo ver señales que quizás aventuraban el talento para correr que demostré en su momento porque hubo ese trabajo previo de acondicionamiento; esos partidos de fútbol interminables, las olimpiadas del verano, jugar al escondite, al pilla, escapar corriendo de las huertas donde íbamos por fruta (no sé si se puede contar esto pero seguro que ya prescribió el delito) El talento que se pudo ver más adelante nació aquí, lo tengo claro. Luego se desarrolló porque me encanta el mejor deporte del mundo, y hoy, intento mantenerme en el campo base (que diría Clemente Alonso) para cuando haya que sacar el talento a pasear y atacar la cima.

Bien, ya tenemos el talento identificado y ahora hay que mantenerlo porque sino se pierde. Ahora es cuando talento y trabajo van de la mano. Si uno de los dos falta o no funcionan en equilibrio, la cosa se tuerce. Os cuento: yo nunca he dejado de correr, me apasiona correr, y creo que, en algún momento, un poco de talento para esto tenía. El caso, es que en 2005 unos amigos me liaron (los amigos siempre tienen la culpa 😉) para ir a la Vigbay (media maratón Vigo-Bayona). Para nada considerándome yo fondista, fui solo con lo que había cosechado de mantenerme en forma con unos trotes semanales y andar en bici, pero sin entrenar (que los globeros no entrenan). Para mí sorpresa no me encontré nada mal, pero el talento solo me llegó hasta el km 18. Para 1h20 iba, sin entrenar eh, que aquí hay que fardar siempre porque las ocasiones de hacerlo con los años se reducen de manera desproporcionada. Del 18 al 21 sufrí como nunca, porque no hay otra manera de sufrir... y tampoco de contarlo después, jejeje. 1h24 final, que tampoco esta nada mal.

Total, que sorprendido del "talento" que había mostrado me digo: "oye, ¿y si el año que viene "trabajamos" un poco, metemos unos ritmos; unas cuestas, unas series, un fartlek que otro, y vemos qué pasa?" Aquí los amigos ya no tienen nada que ver y eres tú mismo el que te lías porque el deporte engancha y quieres más. El problema (yo no lo veo como un problema) es que, a los que nos gusta entrenar, a los que disfrutamos cada día con ello, nos cuesta decidir cuánto es más y no estamos dispuestos a hipotecar meses de diversión por un día de gloria. ¿Ya os he contado porque Iván Raña no gana el Ironman de Hawai? ¿No? Pues pincha en el enlace. Un ejemplo de los buenos, de aquellos para los que el deporte es pasión y disfrute todos y cada uno de los días del año.

Entrené, entrené mucho y muy bien y disfruté mucho más, pero "tonto" de mí, apuré la diversión hasta pocos días antes de la prueba. Salí a hacer un test sobre 15 km cinco días antes, empezando a 4 min/km para terminar los últimos a 3´20". Debido al buen trabajo me encontré fenomenal y decidí seguir un poco más, hasta los 20 km. Me lo pasé pipa, contento, satisfecho, en forma, pero... Os voy a contar algo de lo que estoy plenamente convencido; yo podría, entre las 6 de la tarde y las 9/10 de la noche, ser campeón del mundo de lo que sea. Pero la Vigbay es a las 10 de la mañana el domingo siguiente al cambio de hora de invierno a verano, lo que quiere decir que para mi cuerpo son las 9 todavía, y eso me mata los biorritmos, por lo que libremente decidí disfrutar más ese test de 20 km, y disfrutar un poco menos la media maratón. Tres días después, estaba en la alameda de Santiago a las 7.30 de la tarde haciendo series de 1.000 metros en la herradura, a   2´50" con 2 minutos de recuperación, el primer minuto andando y el segundo al trote. No hay Vigbay que se precie capaz de superar momentos así. El trabajo había sido muy, muy bueno.

Academias, escuelas, clubs, el colegio mismo con la materia de Educación Física, no llegan a reproducir lo que antes se aprendía en la calle pero, ¿y si se acercaran mucho a ello? ¿Y si el objetivo principal fuera aprender jugando a hacer deporte? ¿Y si competir ni tan siquiera fuera un objetivo? ¿Y si lo que se busca es la adquisición de hábitos saludables tanto físicos como sociales y mentales? ¿Y si cada día que se va a "entrenar", es un día más que se forja el carácter y la personalidad de los chavales sobre la trasmisión de unos valores sólidos? ¿Y si, cuando el talento surja de todo ello, cada uno escoja lo que hacer con él y se le ayude a desarrollarlo? Esos sitios, por desgracia, cada vez escasean más. Pero los hay y, así, a bote pronto, se me ocurre uno del cual me han hablado diferentes personas sobre el buen hacer de sus responsables, de su predisposición, su actitud motivadora... La Escuela de Triatlón Outes. Me da que, después de tantos años de trabajo, el letrado ha encontrado un talento oculto que ha desarrollado a su manera, aunque quizás haya sido esa manera de ser la que hacía falta para sacar adelante un proyecto así. No necesitas el mejor material ni las mejores instalaciones, no necesitas que todo vaya bien para que vaya bien, pero si necesitas a las mejores personas. Al final todo se reduce a las personas, y los buenos, siempre ganan 😉



Habréis notado, que a lo largo de la entrada me refiero a los deportistas como chavales, y con ello hago referencia, como decía el guiñol de Hilario Pino, a todos todos, porque no soy yo de excluir a nadie pero el todos y todas no me gusta.

Ya para terminar, me gustaría hacerlo con unas palabras de Víctor Claver en Gigantes del Basket que creo muy acertadas: "he intentado ser fiel a mis principios, a lo que aprendí de pequeño en casa. Y, a partir de ahí, crecer... La frase que me decía mi padre siempre que me iba a las primeras concentraciones con la selección valenciana y luego con la española: "Aprende mucho y Disfruta". Y eso es lo que he intentado hacer, aprender hasta el último día. Esa ha sido mi filosofía... Un día me cogió mi padre y me dijo muy firme: "Si no llegas, no llegas; no pasa nada, no va a ser un drama. Seguirás estudiando y ya está. Pero si tienes la oportunidad tienes que ir a por ella..."

Entonces qué fue antes, ¿el talento o el trabajo?