La vida es un aprendizaje continuo. Es un camino a recorrer durante el cual conocemos personas a las que abrazamos para que se queden, otras pasan de largo sin más y, en algunos casos, incluso las animamos a marcharse porque no nos aportan nada. De esas personas, de las que se van o dejamos marchar, apenas guardamos recuerdos. En cambio, las hay que vienen y se quedan porque se hacen querer, esas no se van ni aunque quieran porque de alguna manera nosotros no las dejamos, porque todo se vuelve más ameno y divertido con ellas, nos hacen crecer.
Hace muy poco tiempo la Dra Pintos, Pili, Pilei, se fue y yo no estaba preparado para decirle adiós. Tampoco lo estoy ahora y me está costando un esfuerzo enorme escribir estas líneas porque otro amigo se ha ido. Sin embargo, en clase le digo a mis alumnos que siempre habrá cosas que no quieras o no te guste hacer, pero que hay que ser valiente y hacer de todos modos de la mejor manera que seas capaz en ese momento. Por ti y, en el caso de hoy, por los que ya no pueden, porque la mejor manera de recordar a los que ya no están es tenerlos siempre presentes.
En el cole estamos inmersos en un proyecto educativo, una especie de Trivial al uso pero circunscrito a la villa de Noia. Obviamente me ha tocado el quesito de deportes y pasatiempos y estamos trabajando en la elaboración de preguntas sobre el tema. Estaba el otro día haciendo una consulta en Google sobre el triatlón en la historia de la villa, y el primer resultado de la búsqueda es una vista creada por IA que dice que no hay registros específicos e identifica a Javier Gómez "Noya" como relevante en la zona. ¿Pero que sabrá la IA de las narices de lo verdaderamente importante que son las personas, que no identifica a Ángel Gómez de Noya, "Gugui", como uno de los pioneros en el triatlón de la villa?.
Gugui nos dejó el lunes tras una enfermedad llevada con entereza. Él fue muchas cosas pero yo lo conocí cuando le dio por el deporte, y os aseguro que le dio fuerte de verdad, por lo que, sumado esto a lo buena persona que era, congeniamos enseguida. Los entrenamientos eran duros y divertidos a la vez, y en los análisis posteriores a las competiciones, dejábamos lo malo de lado y solo veíamos lo bueno de machacarnos haciendo Triatlón, o lo que para nosotros era Triatlón.
Cada uno sufre las pérdidas y recuerda a las personas que quiere a su manera. Correr o montar en bici vale para todo, arreglan el mundo. A mi hoy me ha servido para llorar, aunque solo un poco, porque le he hecho caso a Fito: "ríe todo lo que puedas no llorar", y subiendo Vilacoba a las 2 en punto, he respondido a tu ataque y me he puesto a la par para rodar y charlar un rato. Lo cierto es que la media al final ha sido buena. Si nos hubiera salido ayer con lo del apagón no la hubiéramos podido subir a la red con el Strava para ponerles los dientes largos a más de uno. Bueno, y hoy tampoco, porque los buenos como nosotros siempre ganan y nuestro Strava va de palabra, te lo puedes creer o no. Así trabajábamos nosotros el principio de incertidumbre 😉
Por cierto, ahora que ya ha prescrito... ese pepino de bici que llevabas nunca costó lo que decías. Tú lo sabías, y tu mujer, macho, también. Nuestras mujeres saben de sobra con quién están casadas. ¿Sabes qué pasa?. Que nos quieren igual y afortunados somos por ello.
Nos vemos allí donde quiera que estés colega. Echaré de menos esas puestas de sol desde las Furnas que ponías en el estado de WhatsApp. Un día de estos me tomaré una caña en ese banco frente a Monte Louro a tu salud, acompañado de un bocata de pulpo que alguien me dijo una vez que están muy buenos.
Dra Pintos, Pili, Pilei; cuando Ana se fue a trabajar a Vigo la acogida que le disteis fue brutal y Vigo se convirtió en casa, en hogar. Ahora, al igual que antes, tú vives en las casas de todos nosotros, cerca del corazón. Hay un dicho, bueno, en realidad no lo hay pero me lo invento que dice así: "gran atleta... gran corazón". Así que disfruta de tu casa porque el afortunado soy yo de que tú vivas en ella 😘
Que sepas que echo mucho de menos tu falta de "sentidiño" que hacía que todo cobrara sentido cuando te ponías a jugar con nuestros hijos, haciendo las delicias de los niños y también de los mayores, contagiando tu energía y buen rollo. Sabes que soy de pocas palabras pero muy agradecido con las personas que me importan y te voy a pedir una cosa más: que me dejes en herencia un poquito de ese humor tuyo que tanto se necesita.
Al final, en la vida, todo se reduce a las personas. Algunas van y vienen, y otras... se quedan para siempre.
Qué difícil es encontrar las palabras que reflejen el dolor de una pérdida.Es imposible no empatizar con los sentimientos que reflejan este escrito desde el inmenso dolor y al mismo tiempo la esperanza de poder continuar el camino a través de los recuerdos y el amor que nos dejan los que han pasado a otra dimensión pero que nunca se irán porque mientras permanezcan en nuestra mente vivirán muy cerquita, pegaditos a nuestro corazón. Mi pésame por tan triste perdida.
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