¡Uf!, el tiempo pasa rápido que lo flipas. Lo bueno es que no te das cuenta hasta que necesitas echar la vista atrás por algún que otro motivo, lo que quiere decir que vives en el presente, donde ocurren las cosas importantes, donde aplicar lo aprendido y hacer del futuro el lugar más parecido a lo que habías soñado.
Mi hijo me enviaba hace un par de días un vídeo, un extracto de una entrevista de Toni Nadal en la que, en un minuto escaso, echa muy acertadamente por tierra el mito del si quieres, puedes: "si quieres tú puedes. No. Si quieres no necesariamente puedes". Además, huye de los mensajes positivos constantes que llevan al autoengaño y termina con algo que, de una forma similar, suelo decir en clase a mis alumnos: "ya que tienes que hacerlo y sabes hacerlo, escoge hacerlo bien a la primera y te lo sacas de encima"
Tras rescatar mis palabras del pasado volví al presente, y esa pregunta que lanzaba encontró respuesta en dos hechos y en dos personas de las que no me cabe duda qué tipo de persona son, porque son exactamente la persona que quieren ser, valientes y decididas. Buf, voy a tener que darle un repaso a la redacción porque es la segunda vez que repito la misma palabra tres veces en una frase 😅
La primera persona es una alumna que por mucho que quiera, las circunstancias no le dejan hacer cosas como al resto de sus compañeros. Sin embargo, sé de sobra lo que podría esperar de ella y ganas no le iban a faltar. Lo sé porque ya lo hace ahora con aquello que le propongo. Nada de hacer las cosas para salir del paso, sino de manera correcta y a la primera. Y rapidito, que tampoco es de dejar las cosas para el final.
Esta chica es para mí un claro ejemplo de inspiración, de valentía por aceptar la realidad y de decisión por modificarla haciéndola suya en la medida de sus posibilidades, de ver el vaso medio lleno, de tener una mentalidad de mejora en lugar de una fija (mucho partido le he sacado a estas palabras. Gracias Flete), de no esperar a que la primavera venga y me cure del invierno, de no perder el tiempo buscando una lágrima en la arena... Es la hostia que quien menos puede, tenga que enseñarnos a los que sí podemos, a querer un poco más para que no nos ocurra aquello de: "quisiera haber querido aquello que no he sabido querer". Estoy leyendo un libro de Juan Antonio Corbalán, en el que repasa sus vivencias en el baloncesto y cómo estas le ayudaron a crecer como persona. Un compañero suyo le dijo una vez: "Recuerda que en este equipo todos son muy buenos, y aunque tú vas a ser un gran jugador, aquí nadie te va a valorar por lo que seas, sino por lo que seas capaz de hacer para hacerlos mejores a ellos". Hay cosas inmateriales, aquello que en baloncesto llaman intangibles, que no se pueden medir pero que no por ello son menos importantes. Que sepas, que cada vez que puedes venir al cole es para mí un subidón y una alegría, que no se puede medir pero que me hace un poquito mejor.
Sé que hay momentos de bajón, momentos malos que uno tiene que pasar y no sé si esta entrada es adecuada o no, pero tengo claro que "me equivocaría otra vez, que las nubes con el viento siempre están cambiando y que quizás podamos ver el sol de vez en cuando".
Si te preguntabas por qué narices te pone el profesor un 10 en Educación Física, espero que ahora ya lo tengas claro. Por ser como eres y porque la Educación Física, además de física, primero es Educación. Yo estoy aprendiendo mucho.
Bibilografía:
Fitología Aplicada a las Ciencias Sociales.
Juan Antonio Corbalán: El Baloncesto y la Vida (Memorias).
Es buena verdad que, a veces, por mucho que uno quiera no se puede pero también es verdad que lo difícil puede conseguirse y lo imposible puede intentarse.
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