domingo, 16 de noviembre de 2025

¿Y TÚ DE QUIÉN ERES? ¿ENTRENAMIENTO O COMPETICIÓN?

Me enviaban ayer por whatsapp el nuevo vídeo de Gadis (Vivamos como galegos), esa gran cadena de supermercados gallega. En él, Luis Tosar hace apología acerca de lo mucho que nos gusta "aos galegos levar a contraria, de como nos gusta ter ese espíritu indómito e facer o que nos sae dos... adentros! Se nos preguntan non contestamos e, se contestamos, preguntamos". Por eso hoy os hago esta pregunta, y lo hago en gallego porque es una de esas frases "riquiñas" que nosotros tenemos: e logo, ti de quen vés sendo? Vaya por delante que, como buenos gallegos, "en las luces; en la comida, en el amor y en la vida en general, para que llegue, tiene que sobrar" Y es que cuando algo te gusta mucho, mucho nunca es suficiente. Y sigue sin serlo aún cuando sabes que más no siempre es mejor, pero... Hablamos de entrenamiento y de ser felices con ello más allá de los resultados, "aunque sean estos los que levantan escozor aún" (Clemente Alonso)


Revista Triatlón

E logo, ti de quen vés sendo? ¿De entrenar o de competir? Pues depende. Es evidente que son complementarios, dicho lo cual, escoger un camino no significa tener que dejar de explorar el otro. Como a los gallegos que les gusta llevar la contraria, como gallego que soy, valoro más el proceso de búsqueda que el resultado final, aunque sea este último, y en esta sociedad que vivimos más aún, el que cuenta finalmente por mucho que te quieran engañar diciéndote que no. Las cosas son como son pero tú, libremente (por el momento), puedes decidir como afrontarlas y, por supuesto, apechugar con las consecuencias después y aprender de ellas... libremente de nuevo, si quieres.

Lo he dicho muchas veces, me encanta la columna que Clemente Alonso escribe en la revista Triatlón. Sin Clemencia lleva por título, el cual deja claro que sus principios son los que son y, si no te gustan, no tiene otros, puedes compartirlos o no, pero es lo que hay. Escribe sobre lo que piensa sin temor a expresarlo porque es conocedor de la realidad, realidad que ha experimentado "con volúmenes muy altos, que parece que es lo que me funciona a mí para tener sensaciones únicas que muy pocos han experimentado y que no se pueden pagar con dinero" Yo comparto y suscribo sus ideas. Todos disfrutamos y sufrimos el proceso de entrenamiento a nuestra manera, y Clemente ha sabido plasmarlo tan bien en su última entrega que voy a "plagiar" gran parte de la misma a continuación:

"Es curioso, echando la vista atrás a todos esos años totalmente centrado en mejorar esos "tantos por mil" que podía rastrear, no es la competición lo que recuerdo con cariño. Echo la vista atrás y lo que de verdad me gustaba era el proceso, el trabajo laborioso de ir mejorando día a día, con paciencia. Saber esperar y, "como de repente", estar en una forma física excepcional casi por accidente, porque ese proceso era algo a lo que abandonarse al disfrutarlo. Conduzco a veces últimamente por las carreteras del centro de la isla y pienso en la suerte que tenía de estar haciendo eso un día de diario, sin que hubiera un alma por allí, sintiendo como una suerte especial esos días en los que al volver, habiendo estado bajo la lluvia, coronando en la niebla, habiendo pasado frío al bajar la cumbre, llegaba a casa con la sensación casi de haber salido el día antes. Pienso en esos días de entrenamiento lejos de cualquier competición y me doy cuenta de que era muy feliz haciéndolos. Tengo una sensación parecida con las épocas en las que podía correr volúmenes muy altos y de repente entraba esa marcha extra y esa sensación de "flow" en la que parece que tú lo que precisamente sabes hacer es correr, con esa sensación de ligereza, ese "correr innato tan trabajado" en el que se para el tiempo y ni eres consciente de qué pasa en tu cabeza. Es una sensación que también he tenido nadando, también, por desgracia para mi tiempo libre, con volúmenes muy altos que parece que es lo que me funciona a mí para tener esas sensaciones únicas que muy pocos han experimentado y que no se pueden pagar con dinero (cuando me dicen que pruebe con la meditación suelo contestar que ya he meditado muchas bicis de 5 horas, muchas carreras de 90 minutos, muchas nataciones de 5.000 metros... de la sensación de comunión con la naturaleza entrenando, quizá lo más cercano a la religión que puede experimentar alguien como yo, "ateo no palizas", quizá potencial agnóstico, podemos hablar otro día).

A pesar de que he sido un loco del alto rendimiento que terminó sorprendido con cuanto se puede llegar a rendir con trabajo, sorprendido también con cuanto se puede trabajar (entrenar), reforzando así el punto previo, no es ni el rendimiento ni la competición lo que echo de menos, aunque sea lo que levanta escozor aún. Es darme cuenta de que en realidad siempre me gustó aquello que me llevó a hacer triatlón en primer lugar. Me gusta correr, me gusta nadar, me gusta montar en bici... y hubo años que rendir era tan importante que los disfruté menos o, más bien, los disfruté de una manera de la que solo sería consciente después de haber tenido que bajar mucho el nivel y dedicarme a otras cosas.

Echo de menos no poder entrenar y mejorar como lo hacía para la competición y esa incapacidad, aunque totalmente asumida y aceptada, es la que me hace necesitar algún tiempo de desintoxicación, de reubicarme respecto a la competición. Sé que me vendría bien como "zanahoria" `para entrenar de manera más organizada, fallar algo menos en los días malos, hacer viajes con la familia y hasta socializar algo más (si resulta que es una faena que estoy dispuesto a hacer a los demás). Competir, por ahora, es estar en la misma habitación de aquella novia que no te quiere ya, ni tú tampoco a ella, pero aún no has aprendido a dejar atrás los años buenos que tuviste con ella. Como tantos otros, pienso que, compitiendo, haciendo mejor las cosas, hubiera podido ganar mucho más, pero sé que entrenando fui muy feliz. Quizá debiera tenerlo más presente en estos entrenos más modestos de ahora, es posible que sean también más felices de lo que parecen y son, siempre lo han sido, lo que me gusta hacer".

7 veces utiliza Clemente la palabra sensación en el primer párrafo. Tengo un amigo deportista y escritor, que estaría ya dándole un repaso al mismo porque tendría la "sensación", o la manía (para los que corremos, nadamos o montamos en bici, en ocasiones, no hay gran diferencia) de que algo no ha quedado bien. Sin embargo, el deporte como nosotros lo entendemos y a pesar de tanta tecnología, siempre ha sido una cuestión de sensaciones (que se lo digan si no a Mark Allen para quien la forma física no era un imagen sino una sensación. Así ganó, ¿cuántas?, ¿6 veces el Ironman de Hawai?) Y en el punto en que nos encontramos ahora, a nuestra edad y cuando los tiempos no acompañan (tampoco lo pretendemos) ¿de qué vamos a nutrirnos sino de sensaciones? Hay que adaptarse. 


Revista Triatlón

Clemente Alonso se crio en Salamanca y es canario de adopción, Grancanario de hecho. Primero porque eligió la isla para sus entrenamientos, y segundo porque la isla lo escogió a él para formar una familia y quedarse a vivir. Aquí el orden de los factores no refleja la importancia de cada uno pero, puestos a elucubrar, seguro que no se entiende el uno sin el otro. Salmantino, Grancanario, y algo de Gallego también tendrá por su tendencia a que para que algo llegue tiene que sobrar, a que cuando algo te gusta mucho, mucho nunca es suficiente. "Farturentos" decimos en Galicia, Fito canta: "algo, lo que me invade, todo viene de dentro. Nunca lo que me sacie, siempre quiero, lobo hambriento"Hablamos de entrenamiento y de ser felices con ello más allá de los resultados, "aunque sean estos los que levantan escozor aún". No se me ocurre mejor maestro en el arte de entrenar que Iván Raña. Es más, estoy convencido que no ganó el Ironman de Hawai porque no podía (más bien no quería) decir que no a una buena sesión de entrenamiento cuando, quizá, lo que tocaba era otra cosa pero, ¿quién soy yo para llevarle la contraria a otro gallego? (¿Por qué  no gana Iván Raña el Ironman de Hawai?)

En mis años mozos, cuando estudiaba Educación Física, coincidía a veces en aquella maravillosa pista azul del Inef Galicia con Andrés Díaz y José Ramón Rey (Jota). Si a mí me tocaba rodar pero ellos me decían de hacer unas series o unos ritmos (aunque yo las hubiera hecho el día anterior), no podía decir que no, no quería decirlo e iba. Me llevaban con el gancho y yo me dejaba llevar. Esos días, más siempre fue mejor y nunca me arrepentí por ello, porque entrenar es lo que me gusta hacer y lo que me hace feliz de verdad.



domingo, 9 de noviembre de 2025

SER ÁRBITRO DE FÚTBOL CONTADO POR ANTÍA Y PEDRO

Lo digo siempre, me encanta que otras personas vengan al cole para contar su deporte y, si son alumnos que pasaron por nuestras aulas más aún. Hoy lo hemos hecho con Antía García y Pedro Mirazo, árbitros de fútbol de la Subdelegación de Boiro, que hicieron promoción de su labor animando a los chavales a ver el arbitraje desde los ojos de dos personas comprometidas con su trabajo y, por que no, pasión. Hablaron sobre los pasos a dar para iniciarse; preparación técnica, táctica y física; protocolos, gestión de situaciones, respeto por el deporte y las personas, compaginar con el trabajo o los estudios, valores que añades a tu personalidad, aspiraciones...


Antía lleva dos temporadas en esto y es muy joven aún. Se le notó al principio de la charla, pero conforme avanzaba el tiempo templó los nervios e hizo gala de la tranquilidad que muestra en el campo, ese buen hacer que la ha llevado a ascender en el escalafón arbitral a una velocidad impropia del tiempo que lleva con esta labor. No me sorprende la verdad, fue una gran jugadora de baloncesto que destacaba, para mí, precisamente por esa tranquilidad y esa pausa que le daba al juego cuando este lo necesitaba. 

Cuando supe de su aventura con el arbitraje, allá por el mes de junio, le dije que contaba con ella de cara al próximo curso para una charla. La cosa quedó ahí pero con un recordatorio marcado en mi agenda. Tras el primer claustro, elaborando el plan de actividades físicas, la llamé y nos pusimos en marcha. Me dice que ok, que podemos contar también con Pedro y ponemos fecha. Pedro es, pese a su juventud, un veterano en lo de arbitrar. 15 temporadas con la actual, que dan para muchas anécdotas y una gran experiencia. De hecho, empezó curtiéndose en los partidos profes-alumnos de fin de curso que disputábamos los últimos días de junio. ¿Si le protestábamos mucho al árbitro entonces? Oh sí, por supuesto, jejeje.


En ocasiones, oigo hablar a los alumnos del trabajo de los árbitros durante los partidos que algunos disputan los fines de semana en las diferentes ligas de distintos deportes. No suelen hablar bien, la verdad, y a veces me meto en la conversación preguntándoles si le han puesto las cosas fáciles colaborando a que el colegiado haga su labor y tome las decisiones correctas, porque no podemos olvidar que sin árbitros no se pueden disputar encuentros, que son un elemento imprescindible del juego y que, como deportistas que son, contribuyen a que el deporte que todos amamos crezca.


Un placer contar con vuestra presencia en una charla amena y divertida que esperamos repetir en un futuro. ¡Gracias por vuestro tiempo y experiencia! 

Aquí lo dejo que nos vamos de partido, basket en este caso. A ver los árbitros hoy... 😉



miércoles, 5 de noviembre de 2025

FUNCIONAMIENTO ÓPTIMO

Hace un par de semanas pude disfrutar de una charla organizada por la Cátedra SXD Galicia Activa de la UDC, en colaboración con la Xunta de Galicia en un hotel de Santiago de Compostela. Con el título, "La salud en el deporte de alto nivel" tenía como objetivo profundizar en el papel de la salud física y mental como pilares fundamentales en el rendimiento deportivo de alto nivel. Como ponentes, Carlos Lalín que se ocupó del apartado físico, e Isabel Balaguer que hizo lo propio del mental. Un lujo contar con dos referentes en lo suyo, y varios deportistas extraordinarios que compartieron su experiencia en ambos aspectos de la salud.


Fundación UNIVERSIDADE DA CORUÑA

Carlos, a partir de su experiencia en reconocidos clubs de fútbol nacionales y europeos, nos ofreció una visión del funcionamiento de la maquinaria que hace que los deportistas estén sanos físicamente teniendo en cuenta todos los aspectos que influyen en la ecuación, entre ellos también el mental. Isabel, con un currículum tan excepcional que hace que ser la psicóloga de Carlos Alcaraz sea tan solo un dato más, incidió extensamente en la importancia vital del clima del entorno del deportista para lo que los psicólogos llaman el Funcionamiento Óptimo, aquel en el que se limita la aparición de signos contrarios al rendimiento como el estrés, la depresión, la ansiedad o el burnout (estar quemado).

Es curioso, o más bien no, como ambos ponentes coinciden en que, en ocasiones, a pesar de contar con los medios y saber que estos funcionan, no se implementan. De hecho, Isabel terminó su presentación lanzando una cuestión al público que tenía preparada yo en la recámara para el turno de preguntas: si sabemos que cuidar al deportista, tratarlo con respeto teniendo en cuenta sus circunstancias, empoderarlo para que sea autónomo, funciona y funciona para todos porque gestionamos personas, ¿por qué no lo hacemos?


xunta.gal

La experiencia que me ha tocado vivir como padre de deportista, lamentablemente, para nada es la que yo viví en su momento como tal. Fonte, que es como un padre para mí y por ello me creo con derecho a decirle las cosas como yo las veo, porque así me lo enseño él, me mostró la cara amable del deporte, esa de la que Sir Michael Robinson era ferviente defensor porque no hay otra, o no debiera haberla. Sin embargo (y aquí es donde aclaro como siempre, que esta es mi opinión en base a lo que veo, lo que sé y lo que la experiencia me ha enseñado) el nivel de exigencia hoy, no se corresponde con el nivel de dedicación e implicación que los entrenadores destinan a ello. Ni te cuento cuando estás lesionado o, cuando por una medicación que necesitas pero que te mata físicamente, estás a medio gas... profesional no es la palabra, muy profesional has de ser que diría Manquiña pero sin el tinte humorístico que este le daba. Cuando mi hijo entendió que lo que pasaba no era normal, se fue a hablar con el entrenador y le dijo hasta aquí; ni yo puedo darte lo que me pides, ni tú aciertas a darme lo que necesito en este momento. ¡J....!, a veces es tan sencillo como preguntar qué tal estás hoy en el sentido más amplio de la palabra: ¿cómo te encuentras?, ¿has dormido bien?, ¿has podido descansar?, ¿las molestias cómo van?, ¿y ese examen que tienes en dos días?, ¿la novia?, empiezas con el grupo y me vas diciendo ¿ok?...

"Entrenar es convencer que dice Marcelo Bielsa, y uno convence difundiendo lo que uno cree..." Pues hay maneras que a mí no me convencen porque no creo en ellas. Lo que me sorprende, es que se sigan reproduciendo modelos de "aprendizaje" donde las formas no son las correctas.

Ya conté una vez la historia de un entrenador que tenía una cesta de huevos que fueron rompiendo hasta que quedaron 2 o 3. Yo tuve la "suerte" de ser Campeón de España de Campo a Través haciendo equipo con alguno de ellos (varios olímpicos). Eran tan buenos que incluso haciendo las cosas mal salieron adelante de todos modos, lo que, lamentablemente, no sucedió con muchos otros. La pregunta es, y va para todos ellos, para todos los que estaban en esa cesta al principio, ¿habiendo querido todo, cuántos no quisieron nada después?

Tengo examen el 29 de Fitología Aplicada a las Ciencias Sociales en Santiago, en el Multiusos de Sar. Estoy estudiando duro, con disciplina pero disfrutando a tope, sintiendo cada nueva canción del disco El Monte de los Aullidos. Si no apruebo, recuperación en febrero en Salamanca y, si apruebo, iremos a subir nota... Óscar, que vamos eh!.

El estribillo de la canción que da nombre al disco dice así: "la carga a la espalda y luego, las manos a la cabeza, las cosas que nunca digo, la punta de la lengua..." 

En Mentira y Verdad:

"Me fui dejando el corazón por todas partes

tan fácil pierdo la ilusión como las llaves

tuve una extraña sensación, recuerdo que era extraña

más que un ataque al corazón, una emboscada.

La soledad que va empañando los espejos

y aquella luz que un día brilló, hoy ya se fue

volverse loco es como estar de todo lejos

puedo seguir disimulando, pero no quiero estar aquí"

Entrenar es una responsabilidad de la hostia. "Querer" a las personas que tienes a cargo no significa no exigir, no significa no echar la bronca cuando es merecida, no significa no castigar cuando la causa lo necesita, de hecho, es precisamente todo eso pero siempre desde el respeto y con la máxima de que importan todos o no importa ninguno (las culpas no pueden recaer siempre en los mismos porque todos cometemos errores). 

Mi hijo estudia matemáticas, está en segundo. Cuando hubo de decidirse estaba entre Mates e INEF, entre mi mujer (que es matemática) y yo, jejeje. No hubo color ahí y tan contento. Sacó un 10 en un parcial hace unos días. ¿Si estoy orgulloso? Claro, el ESFUERZO no siempre garantiza el resultado pero, sin lugar a dudas, siempre vale la pena. De lo que sí estoy orgulloso es de ese día en el que, con 15 años, le puso las pilas al entrenador aquel que se suponía tenía que "cuidar" de él. Eso se llama carácter, personalidad e identidad propias. También se pueden entrenar, también requieren de esfuerzo y, este último, no se negocia.

"Si alguien me pregunta ahora

que es lo que tuve que hacer

aprendí a poner las comas

eso tuve que aprender"

La temporada siguiente mi hijo cambió de equipo y explicamos los motivos que nos habían llevado a tomar esa decisión. Pese a ser sabedores de ello, permitieron que el entrenador cometiese los mismos errores y algunos más graves elevados a la enésima potencia (poned la potencia que queráis que os quedaréis cortos). Experiencia en grado dos debe ser esto... ¿El funcionamiento? "Óptimo", por supuesto.

Adrián Ben (extraordinario atleta), presente en la mesa redonda con Isabel Balaguer, a la pregunta de qué hará cuando deje el atletismo de alto nivel, respondió más o menos así: "cuando surge este tema pienso en Ironman cuando le pregunta a Spiderman: cuándo te quitas la máscara, ¿quién eres, Spiderman o Peter Parker? Cuando ingresamos al entrenamiento queremos actitud, intensidad, concentración, creatividad, compromiso... el disfraz lo dejamos fuera y nos mostramos como somos, personas que tratan con personas.  


Adrián, que ya me tenía conquistado como atleta, hizo lo propio como persona tras oírle hablar y escuchar las cosas que tenía que decir. Demostró tener las ideas claras y no sentir temor a expresarlas como tal, cero postureo. Contó que cuando compite, se anima a si mismo con el famoso ¡¡¡Vamos!!! de Rafa Nadal, al que añade un muy gallego Carallo a continuación. 

Pues eso, ¡¡¡Vamos carallo!!! a hacer las cosas bien porque es lo correcto.

Nota: enhorabuena a la UDC por estas jornadas y otras iniciativas como las Charlas de Divulgación Científica, que en este curso podéis solicitar hasta 6 diferentes. No lo dejéis pasar. Yo ya he solicitado una para mí: "Los pies en el deporte. Una visión científica de un podólogo enamorado del deporte".

Bibliografía: El Monte de los Aullidos. Fito y Fitipaldis.