miércoles, 12 de enero de 2022

ESOS DOS TIROS LIBRES DEL FINAL... ¿LOS FALLASTE O LOS FALLASTE?

 "El valor filosófico del deporte es el sacrificio y el esfuerzo que nos ayudan a construirnos como personas capaces de enfrentarnos a cualquier otro episodio vital"  Con estas palabras y muchas otras, relata y explica Toni Nadal como se forja el carácter y la personalidad de los deportistas, ayudándoles a tomar sus propias decisiones partiendo de una serie de valores y principios que trascienden el ámbito puramente deportivo. Bien, ahora nos vamos a ir al cine para descubrir como la pasión, el valor y la amistad a través de las palabras, la lectura y el deporte, pueden guiarnos y hacer que nos encontremos a nosotros mismos.

La manera más sencilla de identificar la película  de la que vamos a hablar, hubiera sido poniendo como título de la entrada el mismo que el de la peli, "Descubriendo a Forrester" Pero me he decidido por un diálogo entre los protagonistas porque, en mi opinión, resume a la perfección el mensaje que se quiere transmitir, que no es otro que ser uno mismo tomando nuestras propias decisiones. 

El argumento echa mano del estereotipo americano de chico negro con beca deportiva en escuela privada para blancos. Huyamos de esto y quedémonos con chico que quiere aprender, que tiene la capacidad y que tiene la actitud, pero no así los medios necesarios ni la predisposición de aquellos que sí podrían ponerlos, y que si lo hacen, es con intereses ocultos y recelos hacia su trabajo. Con todo este peso cargando en la mochila, encuentra a la persona que dará un giro inesperado a su vida, un viejo escritor hastiado de la vida cuyo único deseo concedido en el ocaso de la misma, sin él esperarlo, fue el de la amistad.

Es decir, chico atormentado por los fantasmas de su presente que amenazan su futuro, y escritor atormentado por los fantasmas de su pasado que no le dejan vivir el presente. Y es ahí donde se encuentran, en el presente, en el ahora, que es donde suceden las cosas extraordinarias.




Trailer Descubriendo a Forrester

"Esos dos tiros libres del final... ¿los fallaste o los fallaste?" Hemos sido, somos y seremos nunca gente corriente, ese es el objetivo que persigue William Forrester (Sean Connery) con Jamal Wallace (Rob Brown) que proteja y desarrolle aquello que le hace único y diferente de los demás, que en cada momento y situación sea capaz de observar y tomar las mejores decisiones posibles con lo que tiene, con lo que sabe, con lo que es... Crecemos y nos desarrollamos cometiendo errores que nos ayudan a mejorar aprendiendo de los mismos, e incluso a veces los cometemos conscientemente sabedores de que el camino que nos marcan los demás no es el que queremos recorrer porque se aleja de lo que somos. Valores firmes y sólidos que con esfuerzo y tenacidad me llevan allá donde quiero ir, no pueden desvanecerse al pasar la página, la meta no siempre está más cerca porque cojamos un atajo y desde luego nunca es tan satisfactorio. "Fallando" esos dos tiros libres del final demostró lo que Arthur Abbott (Eli Wallach) en "The Holiday" llama "Agallas", pero eso ya es otra película.

He dicho muchas veces que el conocimiento y el aprendizaje son continuos, que no entienden de edades ni de épocas y que van en las dos direcciones, que son recíprocos entre el profesor y el alumno, entre padres e hijos... el conocimiento es atemporal, el ser humano se reinventa cada día y toda experiencia enriquece de un modo u otro, incluso cuando no lo esperas. "Le ayudé a encontrar sus propias palabras empezando por algunas de las mías" "Buen amigo que me defendió cuando yo no estaba preparado para ello"

La canción "Stand by me" dice así: "no importa quién seas, no importa hacia donde vas en la vida, no importa el dinero o los amigos que tengas. En algún punto del camino vas a a necesitar a alguien que esté contigo" 


Stand by me

Blanca Portillo, en el último Telediario del año 2021, pedía al 2022 mas "Empatía" Ponerse en el lugar del otro, o por lo menos a su lado, pero nunca enfrente. Ponerse en el lugar del otro, o a su lado y recorrer una parte del camino con él.

Y si el camino os lleva por las Antípodas, en realidad un pelín más al noroeste de Nueva Zelanda, no olvidéis pedir una exención médica siguiendo los cauces normales. Con esto del coronavirus corréis el riesgo de que no os dejen entrar en el país porque, está muy bien que respeten y comprendan nuestras decisiones individuales, del mismo modo que está muy mal no aceptar las consecuencias de las mismas no respetando las decisiones y acuerdos de los demás, que a veces se toman pensando en el colectivo. Dice Imanol Ibarrondo que habría que desterrar en el deporte la palabra sacrificio. No hay sacrificios, sino elecciones. Y para que estas sean óptimas y correctas, en lugar de quejarnos tanto justificando nuestro comportamiento o resultado en la contienda buscando la más mínima excusa, que es aquello de lo que echamos mano cuando la responsabilidad no alcanza, hay que aprender a pensar bien e interpretar con sabiduría lo que sucede a nuestro alrededor. 

Hay un documental en Eurosport que si tenéis oportunidad no podéis dejar de ver: Roland Garros, Building the legend.  En la edición del torneo de 1983 que ganaría Yannick Noah, durante la semifinal que disputó Mats Wilander sucedió lo siguiente: en esa época no había ojo de halcón ni cámaras por todas partes que ayudaran a dilucidar si una bola botaba dentro o fuera. En el punto de partido que daría la victoria a Wilander, el juez de silla cantó bola fuera y Mats dijo que había sido dentro, que tenía que repetirse el punto. Fue honesto y con ello agradeció de alguna manera la labor de los árbitros que también se equivocan y el juego de su rival que no merecía perder de ese modo. Wilander explica que no podía dejar que el partido terminase así, tenía la oportunidad  de jugar una final más e intentar ganar una cuarta copa de los Mosqueteros (de esas que Nadal acumula 13) pero que no era la manera. Dijo que: "el legado que dejas no es si has ganado tres o cuatro Roland Garros, sino que es la manera en que te comportas en la pista y fuera de ella" Después de perder la final contra Noah, se fue a la discoteca donde se celebraba una fiesta en honor del campeón y festejó la victoria de su rival.

Mats Wilander demostró carácter, personalidad y una sabiduría absoluta para lo cual ni siquiera tuvo que pararse a pensarlo bien. Lo que si tuvo fueron las agallas necesarias para hacer lo correcto engrandeciendo el deporte que practica. Otros se escudan en los errores de los demás para excusar los suyos propios. Defecto de forma creo que le llaman.

"Egoísmo más descuido son la suma del principio de una nueva división" que dice Seguridad Social en una de sus canciones. Así me encuentro yo, dividido intentando pensar bien, y llegando a la conclusión de que para ser el mejor del mundo en un juego, no basta con jugar bien. Lo importante, para mí, es todo aquello que haces mientras juegas, lo que abarca además de al jugador, a la persona. 

Bueno, vaya "circo" que me he montado para hablar de una película. Puede que me haya desviado un poco pero creo que al final todo guarda relación. Y no podía dejar pasar el tema porque al final unos se encontrarán a sí mismos y otros quedarán retratados dándose de bruces con su realidad.


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